Parte 18

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Narra Louis

Paso el resto del día en el armario del conserje, esperando a que termine. No puedo creer que ahora toda la escuela me conozca. ¿Cómo voy a dar la cara? Se burlarán de mí y me acosarán.

Debería cambiarme el nombre y mudarme a la Antártida a vivir con pingüinos. Podría tener un leal pingüino de mascota llamado Pablo y podríamos vivir en la Antártida el resto de nuestras vidas felices sin necesidad de ver a Harry ni a Zayn ni a nadie más aquí en Doncaster.

Bien, sí... Creo que estoy perdiendo la cabeza.

El día pasa más rápido de lo esperado. Paso el tiempo jugando interminables partidas al Temple Run. Cuando suena el timbre que indica que el día ha terminado, espero unos diez minutos antes de salir del armario. Quiero asegurarme de que no haya nadie cuando salga.

Me armo de valor y me levanto del suelo sucio del armario, cepillándome las rodillas. Me dirijo lentamente hacia la puerta y la abro con un chirrido, asomando la vista por la rendija. No veo a nadie, así que salgo rápidamente por la puerta, corriendo por el pasillo, intentando desesperadamente salir de esta escuela.

El estacionamiento está vacío, sólo hay unos pocos coches de profesores. Me tapo la cabeza con la capucha, intentando ocultar mi identidad por si me cruzo con alguien. Empiezo a caminar hacia casa, metiendo las manos en los bolsillos e intentando ignorar el viento frío.

Milagrosamente, llego a casa sin ver a nadie ni cruzarme con nadie en la acera. Salgo corriendo y me meto en mi habitación sin decir nada a mi madre ni a mis hermanas.

Cierro la puerta tras de mí y me tumbo en la cama de modo que mi cara se hunde en la almohada. Suelto un grito desesperado que he retenido todo el día.

"¿Louis?"

Giro la cabeza y veo a Eddy de pie en el marco de mi puerta, con cara de preocupación.

Eddy: - ¿Qué ha pasado? - me pregunta, dándose cuenta de mis ojos rojos y mi cara hinchada.

Sacudo la cabeza.

Louis: - ¿Qué haces aquí? - gimo y cambio de tema.

Frunce el ceño.

Eddy: - Se supone que vamos a salir de paseo. Tu madre me ha dejado entrar, pero tengo la sensación de que no estás precisamente de humor para salir, ¿verdad?

El entra más en mi habitación, cerrando ligeramente la puerta tras de sí. Se sienta a mi lado en la cama, haciendo que el colchón se comprima.

Resoplo.

Louis: - Lo siento, Ed-

Eddy: - No pasa nada - me interrumpe - No te preocupes. Pero, ¿Qué te pasa? - pregunta llevándome la mano a la mejilla.

No me inmuto ni me aparto porque, sinceramente, me gusta. El contacto de su piel con la mía me hace saber que no me odia, a diferencia de todo el mundo. Me seca algunas lágrimas con el pulgar y, sinceramente, ni siquiera me doy cuenta de que estoy llorando.

Louis: - Todo el mundo lo sabe - murmuro, evitando su mirada.

Eddy: - ¿Saben qué?

Louis: - Sobre mí. Que soy gay - le digo, sintiendo cómo se me retuerce el nudo en el estómago.

El frunce el ceño.

Eddy: - ¿Cómo se han enterado?

Louis: - Maldito Harry y su idiota amigo - escupo, ahogando su nombre como si fuera veneno.

Eddy: - Lo siento, Boo. No te lo merecías - dice en voz baja.

Louis: - No es culpa tuya. No tienes que sentirlo.

Detencion - L.S (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora