Parte 19

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Narra Eddy

Me despierto sintiéndome como una mierda, por no decir otra cosa. Me arde la garganta como si me la hubieran cortado con una cuchilla y me duele. La cabeza me palpita y siento como si tuviera abejas zumbando dentro. Básicamente, creo que estoy a punto de morir, y no es una exageración. Mantengo los ojos cerrados, temeroso de que si los abro la luz del sol me pique.

Gimo y me muevo en la cama, intentando ponerme cómodo. Bueno, creo que hoy va a ser un día de pereza. Voy a dormir aquí todo el día y holgazanear en mi pequeña habitación de hotel. Me cansé de beber y salir de fiesta por el resto de mi vida. No merece la pena este puto dolor.

Ahora que pienso en el dolor... me duele el culo. ¿Qué demonios?

Abro los ojos débilmente, adaptándome a la luz que entra por la ventana del hotel. Inmediatamente veo la cara de un niño dormido, que está girado hacia mí. Tiene los párpados cerrados y de sus labios entreabiertos se escapan suaves ronquidos. Tiene la piel bronceada y el pelo oscuro como el cielo nocturno. Sus pestañas son larguísimas. Sinceramente, está guapísimo... pero eso no viene al caso.

La cuestión es que estoy en la cama con otro chico además de Louis, lo que me hace sentir raro.

Dios mío. ¿Qué hice anoche? Sinceramente, no recuerdo nada después de que Louis se fuera del club. Trago saliva nervioso y miro debajo de las sábanas, con la esperanza de que aún lleve algo de ropa.

No.... mierda.

Suspiro y me levanto de la cama, con cuidado de no despertar al misterioso chico dormido. Me pongo los calzoncillos al lado de la cama y me dirijo al baño.

Me inclino sobre el lavabo y me salpico la cara con agua fría, con la esperanza de que me refresque la memoria. ¿Quizá me despierte y todo esto sea un sueño? Continuamente me echo agua en las manos en el fregadero, y me inclino ligeramente para disminuir las salpicaduras en la encimera. ¿Por qué no recuerdo nada? Debo de haberme emborrachado bastante.

Sólo espero que nada de esto afecte a la relación entre Louis y yo. Sé que no es oficial, pero estamos en esa fase incómoda de más que amigos. Lo último que quiero es que se enfade.

Lo que no sabe no le hará daño, ¿verdad?

"¿Qué demonios?" Oigo gritar al niño. Bueno, supongo que ahora está despierto.

Salgo perezosamente del baño en respuesta a su voz chillona. Está sentado en la cama, con cara de confusión. Las sábanas le ocultan la parte inferior y tiene la espalda apoyada en el cabecero. Me paro a unos metros de la cama con los brazos cruzados sobre el pecho.

Sus ojos se abren de par en par al verme. "¿Quién eres?", pregunta, con una mezcla de confusión y miedo en la voz.

Frunzo el ceño.

Eddy: - Podría preguntarte lo mismo, imbécil - le digo bruscamente - Al fin y al cabo, ésta es mi habitación de hotel.

Se pasa la mano por el pelo. "¿Qué pasó anoche?", balbucea.

Me encojo de hombros.

Eddy: - Ojalá lo supiera.

Se rasca la nuca, intentando comprender la gravedad de la situación. Evita mirarme a los ojos, lo cual es una lástima, teniendo en cuenta lo preciosos que son sus ojos.

"Eh... nosotros... ya sabes...", empieza tímidamente.

Eddy: - ¿Qué mierda? - le interrumpo. Su expresión cambia a desesperación. Parece como si nunca hubiera hecho algo así con un chico.

Detencion - L.S (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora