Capítulo 25 La cueva del lobo

45 31 0
                                    

Lo que voy a hacer no tiene sentido, no es lógico y sólo es un presentimiento.

-capitán Kirk

Silvana teclea, levanta la mirada un instante, continúa preguntando: - ¿Te ocurre algo Dong-Sun?

- Creo que no es necesario que te diga que Verónica fue secuestrada.

- Hace un momento estoy rastreando su ubicación.

- En estos momentos nos encontramos vulnerables - contesta Dong-Sun.

- Verónica fue secuestrada y a ti lo único que te importa es si estamos vulnerables - responde Silvana entornando los ojos.

- ¡Igual que a ti me importa la seguridad de verónica! pero debes de entender que tu papel como director adjunto del ministerio de defensa, es mantener todo bajo control aun en ausencia del agente concejal.

- No necesito que me recuerdes mis responsabilidades como director adjunto, si tú estuvieras en mi lugar también buscarías los medios necesarios para encontrarla.

- Sé que quieres protegerla, pero no podrás ayudarla si te asesinan, tarde o temprano se darán cuenta de tu ausencia y no podré protegerte - agregó Dong-Sun, seguido de una breve pausa - será peor si somos descubiertos.

- Sé que quieres evitar que llegue a un callejón sin salida, pero ya hice suficiente con quedarme aquí esperando de brazos cruzados.

- Sólo intenta regresar con vida y trata de evitar lo que ocurrió en Dalesa.

- No puedo prometer que no sucederá lo mismo en Dalesa - repuso Silvana - si te mantiene tranquilo, te mantendré informado sobre la misión.

- Solo infórmame si necesitas apoyo.

- Llevaré a Lesnar - dijo Silvana mientras tomaba un arma de su cajón.

- ¿Llevarás al escuadrón de Verónica?

- Ella hubiera hecho lo mismo - respondió mientras colocaba su mano sobre un panel de control.

Silvana puso sobre su mano la pulsera que le había regalado Adlef, por lo bajo la hizo sonreír. Y miró su reflejo sobre el cristal de una ventana, no podía evitar pensar el sentirse culpable de haber provocado el secuestro de Verónica. Silvana volvió a mirar rápidamente el panel de control, pero se limitó a colocar su mano y decidido a esperar que la compuerta se abriera por completo, mientras escuchaba una voz familiar por la bocina altoparlante.

- Identificando usuario: Nombre: Silvana Milenka Diatlov, nombre clave: Marcielle, rango: director adjunto del ministerio de defensa. Ingresando a los datos cifrados del ministerio de defensa: agente especial de la KGSSB, rango: comandante, afiliación: desconocida, nivel de autorización: nueve, otorgando acceso: acceso concedido.

Al entrar a la habitación miro en silencio durante un largo tiempo, tomo una bocanada de aire y exclamo: - ¡Seré breve, se iniciará una misión extra oficial para rescatar a Verónica, no se usará ningún uniforme o distintivo que los ligue a Lesnar o al ministerio de defensa!, será una misión peligrosa no garantizó que regresen con vida. Pero son libres de no aceptar la misión, no se emitirá algún reporte, así que sus carreras militares y futuros ascensos estarán asegurados.

- Creo que hablo por mi equipo al decir que llevaremos esta misión hasta el final y rescataremos a la agente concejal Verónica - respondió el líder de escuadrón Bae.

- Estoy de acuerdo con el capitán Bae. No sabrá Merick que lo golpeó ¿o no es así, Young-Soo?

- Estás en lo correcto, Seung.

- ¡Si ya están preparados, dará comienzo la misión! - exclama Silvana.

En Hunter la entrada a la sala de planeación se encuentra desierta. Hitomi saluda, al pasar se escuchan continuos portazos y saludos. Hank teclea, levanta la mirada un instante, continúa preguntando:

- ¿Lograste descifrar la información enviada por Silvana?

- En estos momentos están siendo procesados - agrega Hitomi seguido de una breve pausa - también se está detectando comunicación externa de un canal no seguro.

- ¿De un canal no seguro?

- ¿Deseas que rechace la petición de comunicación?

- No será necesario. Dirige la comunicación hacia mi PDA me hare cargo. Conozco de dónde proviene, no debes de preocuparte.

- De acuerdo, Hank. Aceptaré la comunicación.

Hank meneó la cabeza lentamente y apoyó el PDA sobre su oído. Con un hilo de voz, contesto:

- Diga.

- Ya comenzamos la misión de rescate - contestó Silvana.

- Me uniré en un momento. Aunque en realidad tengo algunas dudas espero no poner en peligro a Verónica.

- Si tienes dudas será mejor que las resuelvas, ya que no necesita de esto Verónica y más aun hemos provocado su secuestro y ahora debemos de recatarla.

- Prepararé al equipo.

La sala de entrenamiento se encuentra oscura. La sombra se alarga por los pilares, la luz de una tenue lámpara ilumina la habitación. Heike se encuentra sentada sobre un gastado sofá y observa los dibujos que crea la luz sobre el suelo de madera. Sin pensarlo toqueteo la empuñadura de su arma. No podía evitar pensar en Bertolt. Parte de su concentración estaba en su entrenamiento, pero el resto se encontraba en Bertolt. Se preguntó si volvería a mirarlo de la misma manera en la que lo había visto siempre. Permanecía tan perdida en sus pensamientos que se sobresaltó cuando escuchó la voz de Himeko por los altoparlantes:

" A todos los reclutas se les requiere en la sala de planeación".

Un largo suspiro salió de su boca, cuando alzó los ojos y vio a Birgit observándola.

- ¿Con que aquí te has estado ocultando? tenemos trabajo que hacer, hay una misión en curso ¡vamos! Acompáñame, hay que ir sala de planeación.

Hiroshi miró la puerta y luego alzó la vista. Resultaba evidente que le costaba hablar, Eckard le clavó los ojos sobre el rostro como si quisiera hacer que se levantara de su silla. Hiroshi tragó saliva y caminó en medio de la sala: - No tengo permitido revelar información sobre la misión que realizaran esta noche. Por motivos de seguridad sus PDA serán activados al arribar al punto de reunión. Preparen sus cosas, en veinte minutos los veré en el hangar para abordar el Falcón.

Birgit abrió la boca y la volvió a cerrar. Alek permaneció observándola, los ojos le brillaban por la luz de la habitación, parecía realmente desesperado por escuchar alguna explicación. Eckard estaba rígido y tenso, se veía cansado. Finalmente, exclamó con un tono de enfado: - ¡Ya escucharon, rompan filas!

PROVIDENCIA EL SEÑOR DE LA GUERRA Y LA REBELIÓN DE HUNTERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora