Capítulo 21 Furiosa fricción

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Sácame de aquí, me estoy muriendo Tócame una canción que me haga libre, nadie las escribe ya como se hacía antes, puede que entonces sea solo cosa mía.

-Belle and Sebastián

La luz rebota sobre la ventana de un edificio en ruinas. Las nubes se tiñen de color rojo conforme la esfera rojiza toma su lugar en el cielo, sobre las colinas veo bajar la neblina y un paisaje verde alrededor.

— Hank, sal de esos pilares. Veo tu sombra reflejada sobre la pared de piedra — respondió Verónica.

— Veo que aun sigues con tu rutina de correr dos kilómetros por la mañana.

— Hay hábitos que no cambian, tú mismo lo has dicho — agrego Verónica mientras observa la pradera — creo que ya me adelanté al entrenamiento.

— Diría que es el calentamiento.

— ¿Calentamiento?

— El entrenamiento es adentro de Hunter.

— Entonces ¿qué esperamos? comencemos con el entrenamiento — respondió Verónica mientras comienza a trotar.

Caminamos por los corredores hasta llegar a la habitación con el piso de madera. Detrás de nosotros en un rincón oscuro se encuentra el tablero que alguna vez estuvo iluminado. Verónica lo observa como si tratara de encontrarle algún significado.

— Veo que te ha llamado la atención el tablero — respondí mientras interrumpo sus pensamientos.

— Trataba de descifrar para qué se usó.

— Es un tablero que utilizamos en la primera etapa del entrenamiento, una manera de descartar a los reclutas con menos habilidad.

— Me recuerda a la academia cuando entrenábamos en los enfrentamientos cuerpo a cuerpo.

— También recuerdo los entrenamientos en OCD, fue ahí que me hice esta cicatriz en la enfrente — digo mientras señalo el lugar.

— Creí que te la habías hecho durante una misión.

— ¡Veo que han venido al entrenamiento! — exclamó Eckard al entrar a la habitación.

— De hecho, estábamos por comenzar — respondí mientras me coloco los guantes de boxeo.

— No es lo que observé al entrar.

— Algunas cosas no son lo que parecen — respondió Verónica.

Eckard cruje sus nudillos, su mirada parece codiciosa como si se encontrara seguro de ganar la pelea, la curvatura que dibujan sus labios lo hacen ver como un depredador que observa a su presa. Avanzo hacia el cuadrilátero, levanto una cuerda y de un salto subo a la lona. Eckard es fuerte, me gustaría desearle suerte, pero no estoy seguro si podría hacerle algún bien. Hiroshi le da una palmada en la espalda mientras sube al cuadrilátero.

— ¡Recuerden que es una pelea de entrenamiento, nada de golpes bajos! — exclamó Hiroshi antes de tocar la campana.

— Eckard, aprovecha este momento de golpear a un superior, apuesto que has estado esperando una oportunidad como esta — respondí mientras me pongo en guardia.

Puedo ver la determinación en los ojos de Eckard ¿realmente podría ganarme? O de un duro golpe lo dejaría noqueado sobre la lona. Eckard trata con un golpe, retrocedo y esquivo otro golpe, deslizándome por detrás, pateo con fuerza sobre su espalda. Eckard corre hacia a mí, doy un duro golpe sobre su mandíbula, sus ojos se cierran mientras su cabeza gira hacia un lado, toda la tensión cae de su cuerpo, deslizándose de mis manos como un peso muerto, sobre el suelo. Todos en la habitación se quedan en silencio, esperando a que se levante Eckard. Durante un tiempo no lo hace, solo sigue en suelo con un brazo doblado debajo. Durante unos segundos parpadea, claramente se ve que está aturdido.

— Será mejor que lo lleve a la enfermería — dijo Hiroshi. Mientras tira del brazo de Eckard sobre su hombro y lo saca fuera del cuadrilátero.

Verónica permanece mirando, mientras caminan por el pasillo.

— Hank, creo que ya es momento de iniciar con el entrenamiento Kobayashi Maru — respondió Annika mientras observa su reloj.

— Avisaré a Himeko para que comience con los preparativos.

— No será necesario ya le estoy avisando.

— Hare sonar la alarma es momento de iniciar el entrenamiento — masculle.

PROVIDENCIA EL SEÑOR DE LA GUERRA Y LA REBELIÓN DE HUNTERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora