Capítulo 18 Reencuentro

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Bien está y algo es: podemos detenernos aquí, donde en la tierra inglesa lo sepultan, y tal vez de su polvo se labre la violeta de su tierra nativa.

- Versión de Màrie Manent

vi tu reporte, ¿tuvieron problemas para controlar la situación?

— Parece que la reunión con Yerick quedará para otra ocasión, si te mantiene tranquilo no sucedió nada que no se pudiera manejar — contestó Getrud.

— Es bueno saber que aun eres modesta, daré aviso de su llegada para que preparen la plataforma.

— Hank, lamento interrumpir, pero mis sensores indican un intruso. En el sector los planos indican que es la sala del área de ventilación — repitió Zeox a través del comunicador — Quieres que mantenga informado a los demás sobre el intruso.

— No será necesario, me haré cargo personalmente.

— Desactivaré la alarma.

La silla en la que me encontraba sentado tenía el respaldo de madera con enormes clavos cuyos bordes sobresalían, levanté la cabeza de golpe. La notaba pesada, como si tuviera encima una carga enorme. Una leve sensación de pánico se despertó en mi interior, pero sólo era un pequeño barco en medio de un inmenso mar. Permanecí en silencio deseando que la alarma se hubiera activado por error o tal vez se habría activado a causa de un roedor. Nunca antes me había sentido tan perdido. Finalmente, me puse en pie y caminé hacia el pasillo, la sala de ventilación estaba al doblar el pasillo, coloqué mi mano sobre el picaporte y giré la manija de la puerta.

— Parece que te ves bien para estar muerto, Coronel Richard Roitman — empleó mi nombre a propósito.

— Lo mismo digo para alguien que ha desaparecido, agente especial Silvana Milenka Diatlov.

— Veo que aun te sigues encargando de algunos asuntos.

— Es difícil perder algunos hábitos — respondí.

— Algunos hábitos podrían terminar contigo si no los controlas.

— ¿Y dime, a que se debe tu visita? hay algo que quieras preguntarme.

— Seré breve contigo, sé que has estado investigando a Verónica, ¿conoces los riesgos que eso puede ocasionar?

— Sé que la lastimé al haberme marchado, ¡quería protegerla! — expliqué.

— Cuando te marchaste conocías las condiciones y que a tu antigua vida ya no podía volver. Ese era el trato cuando decidiste ser Hank. Pero en ese momento Verónica no lo entendió, para ella tú eras su mundo, era lo único que ella tenía.

— Éramos muy jóvenes, teníamos sueños, queríamos construir un hogar juntos.

Me encojo de hombros intentando lucir despreocupado.

— Entiendo que intentas decir que no querías dejar pasar esa oportunidad y tampoco Verónica la dejó pasar cuando le propusieron ser agente concejal, pero lo considero porque tú pertenecías a su mundo, pero cuando te marchaste, no tuvo otra opción.

— ¿Crees que pueda perdonarme?

— Creo que la pregunta es: — ¿Has perdonado al Richard Roitman del pasado?

— Han pasado algunas cosas.

— Sé que la lastimó eso que le hiciste y te puedo asegurar que no será fácil, pero sé que encontrarás la manera de que te perdone o de algún modo aclaren lo sucedido.

PROVIDENCIA EL SEÑOR DE LA GUERRA Y LA REBELIÓN DE HUNTERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora