Capítulo 22 Kobayashi Maru

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Las guerras pueden ser peleadas con las armas, pero son ganadas por los hombres. Es el espíritu del hombre liderado y el espíritu del líder lo que lleva a la victoria.

-George Smith Patton

En el pasillo se escucha la alarma, algunos de los reclutas salen de sus dormitorios. Puedo oír la voz de Himeko por el altavoz: — "A todos los reclutas se les requiere en el hangar tres para una prueba".

— ¡Vamos, ya escucharon, hay que dirigirnos al hangar tres! — exclama Cora al entrar al dormitorio.

— ¡De acuerdo, ya escucharon! — exclama Aleck mientras se coloca sus botas.

— Bertolt, será mejor que te apresures — dice Heike mientras toca mi hombro.

Continuamos caminando por el pasillo hasta llegar a un área elevada. Al doblar la esquina cruzamos una compuerta que nos conduce hacia otra sala, puedo ver a los otros equipos reunidos en ese lugar. Heike me empuja por la espalda mientras avanzamos por el estrecho corredor, hasta llegar a un patio de contenedores abandonados.

— ¡Atención todos! — exclama Hiroshi — llegó el momento de comenzar con el entrenamiento al que nosotros llamamos rescate de rehenes.

— Rescate de rehenes — murmura Cora.

— Sé que parece un poco difícil de entender, pero cuando uno de ustedes es capturado por el enemigo, nosotros los consideramos rehenes — contesta Annika.

— Como podrán, ver estos contenedores forman un laberinto que tendrán que cruzar, es por eso que es muy importante que durante el entrenamiento lidien con situaciones del mundo real, porque no se sabe si un civil puede estar armado o considerar a un niño como una potencial amenaza o algún suicida con una bomba que haya puesto sobre el chaleco — repuso Hiroshi.

— Así que sin más preámbulo formarán sus equipos, prepárense para las situaciones que les puedan surgir. Recuerden que usarán municiones reales así que habrá mayores probabilidades de que salgan heridos, les recomiendo que tomen sus precauciones — respondió Annika.

Nos abalanzamos hacia una de las cajas para tomar un arma. Detlef me lanza uno de los rifles. Tomo uno de los cartuchos de municiones y lo meto dentro de mis bolsillos. Cora ajusta su chaleco antibalas, mientras que Aleck le ayuda ajustando su casco. Adam luce más tranquilo que nosotros, su rostro parece no expresar ninguna emoción. Si no fuera por la contracción que ocurre en su pecho mientras respira, podría suponer que esta hecho de piedra. La mayoría de nosotros traemos el equipamiento puesto. Eckard nos observa con impaciencia.

— ¡Puedo ver que ya están listos, llegó el momento de dar inicio al entrenamiento!

— exclama Hank.

— Es momento de iniciar, y recuerden: elijan sus equipos a conciencia porque el éxito de cada misión depende de qué tan balanceados y coordinados sean — respondió Annika.

Birgit, Arne, Benedikt, Dirk, Armin, Ernst y Bert forman el primer equipo. Dejo de prestar atención. Cuando el equipo de Birgit se encuentra completo, miro con atención a los que fueron elegidos. Lo que sea que estará planeando, su estrategia está basada en la fuerza bruta, lo que significa que tendremos que ser rápidos.

— ¿Crees poder seguir nuestro ritmo? — pregunta Heike, mientras recarga su arma.

Salgo de mi aturdimiento, ajusto mi chaleco antibalas y me coloco el casco.

— Tal vez la palabra que estoy buscando es si tú puedes seguirme el ritmo.

— ¡Vamos chicos! el entrenamiento aún no ha comenzado y ya se están haciendo pedazos — comenta Cora con un tono de enfado.

PROVIDENCIA EL SEÑOR DE LA GUERRA Y LA REBELIÓN DE HUNTERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora