1.

3.5K 433 90
                                    

—Así que ni siquiera te respondió —repetía Harry lo que había escuchado de su compañero mientras terminaba de guardar su cosas para irse —. Es del sur, suelen ser así.

—No, no es eso —Sentado en los bancos del desolado vestuario donde un par de personas más charlaban al fondo. Había explicado tanto que Heungmin se olvidó de decir lo más importante: —Creo que ni siquiera entiende inglés —explicó —. Fue incómodo.

—No deberías preocuparte tanto. Es normal que haya extranjeros que no saben el idioma aún —Despreocupado, el delantero del Tottenham levantó los hombros. —Podrías enseñarle —Cerró la cremallera del bolso y se lo cargó al hombro. —Seguramente mañana se suelte un poco más el... este- ay, se me fue el nombre.

—¿Romero? —repitió el apellido como pudo.

—Sí, Romero —Sin darle más vueltas al tema, verificó los últimos detalles: tocó sus bolsillos, se acomodó mejor la manga del bolso y arregló las de su campera también. —Bueno, tengo que irme. ¡Con mi esposa empezamos una serie en Netflix im-pre-sio-nan-te! Después te paso el nombre si quieres.

—Claro. Adiós —Bajó un poco la cabeza para hacer una reverencia desde su lugar. Bien recibida por Kane que lo saludó con un ademán y empezó a partir a las afueras del vestuario.

Observó con la mirada a su compañero irse hasta que lo perdió de vista. Sin pensar en nada más, se concentró en guardar sus cosas para irse a casa después de un largo día de entrenamiento. La pretemporada podía ser dura cuando quería.

Invierno en Londres, frío y con el descanso de un par de semanas que se había dado a sí mismo, las pantorrillas le empezaban a punzar un poco. Llevaba sólo una semana de pretemporada y su cuerpo necesitaba volver a acostumbrarse (como siempre) al ritmo de sus entrenamientos.

Siempre con la pretemporada, además de dolorcitos de entrenamiento recién empezado, venían algunas cosas nuevas: como cuando simultáneamente se abría el mercado de pases y compañeros iban y venían.

Ese 2021 vino con varios compañeros que, cuando los saludó, respondieron cálidamente. No como Romero que había hecho una cara de poco entender y, negando con la cabeza, se limitó a no hablar. Una sonrisa muy tímida y suavecita se le había pintado en la cara pero se desvaneció a medida que bajaba la mirada y seguía negándose.

Se trataba de un nuevo compañero de equipo y no hay mejor club de fútbol que el del equipo de amigos; debía buscar la forma de integrarlo. Aunque ni siquiera sabía su nombre y el país del que venía tenía un nombre largo y con muchas 'r' o algo así.

Bah.

Cargó su bolso al hombro, se quejó un poco cuando se incorporó porque sus pantorrillas dolían y, así, se fue camino a su auto que estaba estacionado a las afueras del predio de entrenamiento. El pasillo helado lo golpeó de frente. 

Si bien no era el último en irse, el pasillo camino a los vestuarios estaba vacío, muerto. Sólo los ruidos de la ciudad de Tottenham, Londres, sonaban en el lugar. Siguió su camino hasta afuera.

—Romero también tiene demasiadas 'r' —pensó en voz alta. Pronunció mal el apellido.

No dio más de veinte pasos hasta que se encontró con Romero, el nuevo, apoyado en una pared, más atento a su celular que al mismo ambiente, no había notado a son llegar a lo lejos.

¿Debía despedirlo o simplemente ignorarlo?

Sus pasos se detuvieron ante la presencia del muchacho apellido casi impronunciable para un coreano. Las 'r' eran difíciles. Poco a poco sus pasos empezaban a avanzar despacito, mirándolo con detalle.

Cabello mojado, vestido con el conjunto deportivo del club, mirando a su celular que estaba orientado en horizontal. A un lado, un bolso de deporte parecido al que Son tenía encima.

Si quería agradarle, no podía irse así nada más. Saludarlo. Sólo tenía que saludarlo. ¿Pero cómo?

"¿Bye-bye? ¿Adiós? ¿Hey? ¿Cómo?"

"Te estás acercando mucho"

"Piensa rápido, Min, rápido"

"Ya estás casi en frente"

"Cualquier cosa"

"¡Oh, por Dios, ya te estás yendo!"

"¡Sólo di algo!"

—¡Arrivederci! —exclamó mientras lo saludaba con la mano y le compartía una sonrisa. Las 'r' de esa palabra eran casi impronunciables, y si bien sabía que había dicho una palabra inexistente, se mantuvo firme en su posición: había saludado.

Romero respondió al saludo medio riéndose, devolviendo el ademán levantando la mano.

Cuando salió, suspiró. Una sonrisa demostró su orgullo y sus puños se sacudieron con timidez cerca de su pecho, celebrando. Su compañero había entendido. Miró para atrás, encontrando a Romero a través de los cristales del predio. 

Daba la casualidad que él también lo estaba mirando.


de dónde salió tanta genteJDJDJ bueno hola

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

de dónde salió tanta genteJDJDJ bueno hola

Arrivederci | Cutison.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora