Enji Todoroki observa la pantalla de su celular, todavía no tiene respuesta alguna de su hijo Shoto y comienza a preocuparse, preocupación que comienza a opacar un poco la alegría de tener a su hijo mayor con ellos nuevamente. Touya, su primer hijo, decidió viajar y emprender su vida solo a los veintiséis años, acto que le sorprendió muchísimo.
Claro, él no es ciego a la vida que sus hijos tuvieron que ver cuando estaba juntado con su primera esposa, la madre de todos ellos, pero con Keigo hubo un cambio positivo en todos y se volvieron unidos, una familia que se apreciaba con adoración y cariño genuino. Sin embargo, él no iba a ser quien impidiera a su hijo el conocer el mundo y lo que este le ofreciera.
— Tío Enji —levanta la mirada de su teléfono al ser nombrado y al ver a su ahijado, Eijiro, no duda en ponerse de pie y estrecharlo en brazos. Suspirando con alivio—. Perdón, tuve que haber llamado...
— Tuviste, sí —le toma de los hombros, sujetándole con firmeza a un paso de distancia—. ¿Dónde estabas? Estuvimos marcando, no diste ninguna señal; te pedí que llegaras a casa, ¿por qué no lo hiciste?
— Es que yo...
— ¿No está Shoto contigo? —Eijiro frunce el ceño ante la pregunta y niega con la cabeza— Maldición, ese muchacho me va a tener que escuchar largo y tendido.
— Tío, en verdad lo siento, pero el tiempo se me fue de las manos y yo, bueno —entrecierra los ojos al verlo desviar la mirada a la derecha, al seguir aquella dirección da con un hombre de cabello rubio y delicadas facciones, el ceño fruncido arruinando un poco la atractiva cara.
No lo conoce y está en su casa, eso no le gusta para nada. Suelta poco a poco a Eijiro, palmeando los hombros de este y ve hacia sus amigos de hace años, Kazue y Lev, quienes niegan con la cabeza ante su pregunta silenciosa: "¿quién es él?", hace una mueca, voltea a ver a su compañero, Keigo, y éste le sonríe radiante.
— Iré por unos bocadillos —dice su adorado compañero, pasando a besar ambas mejillas de Eijiro antes de dirigirse a la cocina. Bien, puede confiar en ese hombre de amarillenta mirada para que consiga información del desconocido.
— Enji —la ronca voz de Lev le hace voltear a verlo, notando la seria expresión de su mejor amigo—, Eijiro quiere hablar con nosotros.
— Y él es su destinado —Kazue enrolla el brazo con el de cabello rubio cenizo, quien se tensa y se sonroja; tal vez por el contacto tan familiar de la fémina o por lo dicho—; su nombre es Bakugo Katsuki, ¿no es lindo?
— Tiene cara de pocos amigos.
— Tío, por favor...
— Bien, ¿de qué quieres hablar, Eijiro? —su ahijado toma aire y frunce el ceño con preocupación al verlo temblar ligeramente de los hombros, por lo que le insta a tomar asiento a su lado. Kazue, Lev y Bakugo tomando lugar en el sofá de enfrente—. ¿Tiene algo que ver con tu amigo boxeador?
— Algo así.
— De acuerdo. ¿Has estado tomando tu medicamento?
— Sí, lo hice hace unas horas, así que estaré bien.
— Eso quiere decir que tuviste un ataque —razona y Eijiro asiente, el verlo sentado a su lado con la cabeza baja y encogido de hombros le hace recordar cuando tenía ocho años, justo cuando comenzó con aquel tormento de medicación—. ¿Qué pasó?
— Yo... Ustedes. No —niega con la cabeza, gruñendo—. Es que no sé por dónde empezar, tampoco sé si en verdad quiero saber.
— Comprensible.
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Un Alfa Para Ti (KiriBaku)
FanficEn los barrios bajos todo puede ocurrir, desde un amor entre un detective y un bailarín exótico hasta los asesinatos más despiadados y turbios que alguna vez la ciudad escuchó hablar, sin embargo, esta historia no se enfoca ahí. Todo empieza en los...