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Jeno había estado preparando su discurso por una semana completa con ayuda del profesor Kim. Al principio no sabía qué quería expresar en lo absoluto pero el profesor fue de mucha ayuda dándole ideas.
Pero sobre todo recuerda muy bien algo que le había dicho en específico.
"Está bien si no tienes nada bueno que decirle a tus compañeros, sé que hay personas crueles que probablemente pienses que no merecen tus buenos deseos, eso de los discursos amigables para todos está sobrevalorado, sobre todo si no te nace hacerlo. Si quieres inventarte algo para conmoverlos, hazlo, sino, también... Pero no le digas a nadie que te ayudé en eso entonces o me despedirán por incitar al odio."

Jeno incluso buscó ejemplos de discursos en internet. También en varias ocasiones llegaba a casa de Jaemin, o lo llamaba y le preguntaba sugerencias.
Ahora el día de la graduación sería mañana, y ya no podía fingir más que no le aterraba hablar en público. Ni siquiera le había dicho a su madre que daría el discurso pues quería sorprenderla, pero Jeno sabía que tampoco le había dicho por si al final no podía hacerlo y salía huyendo.
Así es como llegaron a la situación en que estaban ahora, Jeno llorando a cascadas en los brazos de un Jaemin en pijama pues lo había tomado por sorpresa la visita de Jeno, pero supo que había algo mal al momento en que se lanzó a sus brazos y lo llevó hasta su habitación.

-¿Qué tal si vomito?

-No lo harás Jen.

-¿Y si me trabo al hablar?

-Todos nos trabamos al hablar alguna vez, no tienes que detenerte por ello.

-¿Y si olvido todo?

-Te recuerdo que tendrás la hoja de papel con el discurso escrito ahí, esa fue la condición que pusiste.

-¿Qué si no les gusta?

-¿Realmente te importa eso? Ya nos graduaremos y más de media escuela ha sido un asco... Bueno, al menos conmigo pero ese no es el punto. No a todos les puede agradar tu discurso, o incluso tú, pero eso no significa que sea malo.

-Tienes razón -aspiró su nariz con fuerza.- Pero tengo tanto miedo. No sé por qué acepté.

-Es muy tarde para arrepentirte.

-Lo sé, además no quiero decepcionar al profesor Kim, o a ti.

-No podrías decepcionarme Jen, no digas eso. De verdad comprendo tu pánico, pero te aseguro que una vez comiences a hablar ese nerviosismo irá disminuyendo hasta que llegues al final de tu discurso.

-Puede que tengas razón...Lo siento, llené su playera de lágrimas y mocos.

-No me importa Jeno -Jaemin soltó una risita, dándole palmaditas en la espalda.- ¿Ya terminaste de llorar o necesitas hacerlo más?

-Creo que ya terminé -se levantó, separandose de los brazos de Jaemin y haciendo contacto visual con él de inmediato. Jaemin limpió sus lágrimas con sus pulgares y le dedicó una bonita sonrisa.- Me doy cuenta que de ambos yo soy el bebé llorón.

-Es que es difícil llorar para mí, solo lloro cuando algo me lástima o me conmueve mucho. De todos modos no tiene nada de malo ser un "bebé llorón".

-Y me pone más triste saber que la única vez que te he visto llorar ha sido por mi culpa -la frente de Jaemin se arrugó, no me había gustado ese comentario.

-Oh, Jeno, basta, no recordemos eso, ya pasó y míranos ahora, estamos más que bien.

-Está bien -con esa respuesta Jaemin volvió a sonreír y se acercó a robarle un pequeño besito a Jeno.- Mm, no lo hagas, te voy a llenar de mocos, mejor pásame un pañuelo.

-Que dramático -se quejó Jaemin pero hizo caso y le pasó un pañuelo, esperando a que Jeno limpiara su nariz y sus ojos.- ¿Ya podemos besarnos?

-Ya.

Entonces Jaemin, como el desesperado que era, no esperó ni un segundo más para estampar sus labios sobre los de Jeno, el cual le correspondió de inmediato, sintiendo su cuerpo relajarse al instante.
Los besos de Jaemin eran como una medicina para él.

¡Shit! i think i fucked up -Nomin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora