esos hermosos ojos tuyos | versión hyunlix

twenty one

-¿Quien es?-pregunto la chica al sentir golpes fuertes en la puerta. Se alarmó al ver a Hyunjin detrás de esta con expresión enojada.

-Hari, ¿que mierda te pasa por la cabeza?-trato de decirle de manera adecuada y sin perder el control, pero le era casi imposible si podía matarla en ese mismo instante.

-¿Que hice ahora?

-Gracias a ti, perdí a Felix. ¿Tan patética eres como para hacer esto? No pretendas que por ese beso deje de ser gay, por más que te cueste, yo seguiré sintiendo cosas por Felix.

-¿Por que lo escoges a él? Es solo un maricon que tal vez ni virgen sea. Mientras tú no estabas, de seguro se metió con más de diez hombres.

-No hables de el de esa forma, tu no sabes nada. Eres una maldita puta que solo sabe llamar la atención.

-Callate. Yo soy mejor que el. Déjalo y ven por mí.

Hyunjin estaba colapsando, si que lo hacía enojar.

-Pudrete, Hari.

-¿Y a que se debe tu visita? ¿O solo llegaste hasta acá para comportarte como un idiota?-la chica tenía una mirada superior al pelinegro, junto a una mueca de desagrado.

-Tu me ayudaras a recuperar a Felix. Tu empezaste esto y tú lo terminarás. Estoy dispuesto a matarte si al menos no le explicas lo que realmente sucedió-la mujer lo miro asustada para después asentir lentamente.

-¿Que recibo a cambio?

-Nada. ¿Crees que mereces algo después de provocar todo esto? Solo mereces comer mierda.

-Si recibo un solo insulto de su parte, le diré que tú quisiste acostarte conmigo y solo jugaste con el.

El pelinegro asintió y se fue de la casa de la castaña.

Felix miraba por la ventana mientras escuchaba música. Con sus amigos irían a una playa que estaba cerca de la ciudad, por lo que pasarían ese día completo juntos.

La música se detuvo, haciendo que el joven encendiera el aparato para poder seguir reproduciendo musica.

Su corazón se detuvo, solo quería tirar el aparato tecnológico por la ventana.

Una llamada entrante de Hari le arruinó el día. Tenía que volver a cagar su vida.

Decidió contestar, era la única manera para que lo dejara en paz.

-¿Que necesitas? ¿Hyunjin ya dejó de prestarte atención?

-Felix, necesito hablar contigo.

-¿Crees que yo sería capaz de hablar con una zorra como tú? Después de todo lo que me has hecho deberías irte al infierno, maldita perra.

Hari trato de calmar su ira, y seguir con tranquilidad aquella estúpida charla que no la llevaría a ningún lado.

-¿Te parece mañana a las tres en el bar?

-Hari, deja de molestar, ¿quieres? Ya no puedo creer ninguna palabra que provenga de ti. Deja de ser una inútil y pensar que eres la reina del mundo.

-Estoy siendo amigable, así que acepta.

El pecoso lo pensó por un minuto. Podría aprovechar la situación y darle lo que se merecía.

-Lo haré solo para que dejes de creerte la gran cosa. Si es una trampa, te haré mierda, ¿oíste?

La llamada finalizó, dejando a un Felix totalmente desorientado.
¿Por que Hari tenía esa conducta? ¿Cree que después de todo con una charla se podrá arreglar? Haría lo posible por arruinar su vida, si que lo haría.

Pensó en no seguir con aquel tema y concentrase en sus amigos y la salida que habían planeado.

La luna se veía linda cada noche, era como una luz especial que no tenía necesidad de ser apagada, podía quedarse el tiempo que quisiese y iluminar las tinieblas con su maravillosa luz.

Corría un ligero viento que no molestaba en lo absoluto, tal vez solo era una pequeña brisa vespertina.

Sus ojos brillantes y sin vida miraban los alrededores, encontrándose con la silueta de la muchacha, tenía un rostro pálido y angustioso.

Hizo una mueca de inquietud y entró detrás del castaño.

Antes de hablar, la chica hizo un ademán y miro al australiano.

-Bien, ¿que quieres?

-Necesito hablar contigo-dijo vacilante-. Es sobre Hyunjin.

El pecoso rodeo los ojos y los poso en la coreana.

-¿Que pasa con el?

-Solo vine a pedirte disculpas. Mis comportamientos no estuvieron adecuados.

-Deja tu papel de víctima, se que el te mando para que hablaras conmigo. ¿Crees que no te conozco?-la chica solo río bajando la cabeza.

-Sinceramente, lo hizo, pero lo estuve pensando bien y creo que debería dejar de entrometerme, he sido una estúpida que no sabe tener vida propia-hizo una mueca lastimosa y volvió su vista al castaño-. De verdad lo siento.

El australiano la miro con desconfianza, quedó atónito con las palabras de la castaña.

Pero en verdad, Hari hablaba con la verdad. Desde aquel día en que el pelinegro la visito de manera inesperada y le demostró que no valía la pena seguir intentándolo, decidió tomar decisiones maduras y que no sólo la beneficiarán a ella. Había sido egoísta.

-El de verdad te ama, yo fui quién lo obligó a besarme. Fui una verdadera tonta.

Felix seguía desconcertado, las palabras de la castaña lo tenían perplejo. Mientras que la chica solo movía su cabeza de lado a lado, buscando respuesta.

-¿Estas diciendo la verdad? Pensé que te gustaba Hyunjin y harías lo que fuera para arruinar nuestra relación.

-Antes quería hacerlo, pero creo que no vale la pena. El de verdad me gustaba pero... Le gustas tu, no puedo hacer nada-la coreana bajo la mirada avergonzada.

Lee no sabía si sentirse apenado o extrañado. ¿Realmente Hari decía la verdad? ¿Acaso este era un plan de la castaña y el pelinegro?

No lo sabía, pero no podía demostrarse malo ante ella, aunque una parte de él le tuviera cierta desconfianza por todo lo que le hizo.

-No te pido que me perdones,-prosiguió- pero deberías hablar con el.

-¿Tú crees que sigue sintiendo algo por mi?-dios, que estúpido, hasta un mudo podría responder a esa pregunta.

-Ya te lo deje bien claro, ¿no?

El chico asintió y una mueca de felicidad apareció en su rostro al recordar esos besos y caricias que el pelinegro le daba.

-Debo irme, espero hables con el-la castaña se levantó dando una reverencia, pero no logro avanzar mucho, la mano de Felix la detuvo, tomándola por la muñeca. La coreana lo miro con confusión.

-Yo también debería disculparme, creo que mis celos me sobrepasaron y me comporte como un celoso de mierda. Espero algún día podamos entablar una conversación normal y no sobre Hyunjin-la chica río bajo y sonrió de lado.

-Me encantaría, pero en dos días más me voy de Corea-el castaño la miro con desconcierto-. Decidí tomarme unas vacaciones y salir del país, creo que me hará bien. Igualmente tomaré en cuenta tus palabras.

Y antes de que el castaño pudiera siquiera abrir la boca para hablar, la chica lo tomo de la muñeca y lo abrazo. Nunca había pensado que ese momento llegaría, pero todo puede pasar, ¿no?

Ahora solo debía hablar con Hyunjin y solucionar las cosas, lo cual no sabía si sería fácil o difícil, pero solo sabia que tenía que hacerlo.