eighteen

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Aliviado, salió del hospital dirigiéndose al estacionamiento para ir a su casa y dormir cómodamente después de horas de nerviosismo.

Ya era la hora de salida, nunca había esperado tanto por aquello. Ansiaba mucho a que ese momento llegará, se sentía realmente cansado y solo quería llegar a su apartamento y dormir como si no hubiera un mañana. Solo era por ese día, cualquiera lo entendería. Después de una hora de operación la cual se le hizo larga, era obvio que estaría agotado, más si los remordimientos lo consumían.

Cuando llego, sacó su ropa y la cambio por una más cómoda, para así por fin acostarse en el sofá y poner una película de terror, como tanto le gustaban.

A los pocos minutos de quedarse dormido y entrar en un gran sueño en donde nadie podría sacarlo de allí, sintió como el timbre sonaba repetidas veces. Se levantó con una mueca de disgusto en su rostro, la cual supo disimular bien.

Abrió con cansancio la puerta y se encontró con algo inesperado, tan inesperado que por un momento no quiso seguir dormido. Estaba frente a frente del castaño, quien miraba tímidamente al alto pelinegro.

-¿Estabas dormido?-dijo al darse cuenta del desordenado cabello de este. Además su rostro dormilón también lo había delatado.

-No te preocupes, ya estaba por despertar-mintió Hyunjin. No quería que el castaño se fuera- ¿Pasa algo? No sueles venir a verme.

Un leve sonrojo invadió el rostro pálido de Lee, quien dejó de hacer contacto visual.

-Yo... Quería preguntarte si tú fuiste quien me escribió está carta-le entrego la carta que horas antes había recibido. Hyunjin miro por segundos la carta.

-No... Yo... No he escrito nada-confirmo Hwang.

El castaño bajo la mirada nervioso y al parecer apenado.

¿Acaso estaba decepcionado por la respuesta?

-Solo te quería preguntar eso, adiós-su voz cortante hizo que el pelinegro se sintiera mal.

No quería mentirle, pero sería realmente vergonzoso decirle la verdad.

La verdad era que el si había escrito la carta. Pero fue tan tonto y cobarde, que no quiso decir nada al respecto. Al ver que el rostro del más bajo se tornaba pálido y sus ojos estaban cristalinos, el más alto lo tomo de la muñeca y lo detuvo, este lo miro con confusión.

Felix realmente había pensado que Hyunjin le había escrito aquella hermosa carta, pero fue en vano ir a molestarlo. Ilusionado, pensó que solo fue una broma de Jisung, quien aprovechó su tiempo para gastarle una broma.

Pero las palabras de Hyunjin hicieron que un escalofrío recorriera todo su cuerpo.

-Te mentí.

El castaño hizo una mueca de desconcierto y el pelinegro lo tomo ahora de la mano.

-Fui yo realmente quien te escribió esa carta. No quise decirte nada por miedo a que me rechaces o te burles de mi-el pelinegro bajo la mirada avergonzado de si mismo.

Si el fuera Felix, sentiría lástima y risa al ver como alguien se le declaraba de tal forma. O si se le podía decir así, porque solo había dicho que había escrito aquella horrible carta, la cual había hecho de manera rápida antes de ir a trabajar en el almuerzo.

Felix oculto una pequeña sonrisa incontenible y lo miro esta vez a los ojos. El alto mantenía el contacto visual.

-¿Es verdad?-asintió, sin apartar aún la mirada.

Lamentablemente en el minuto en el que Hyunjin estaba acercándose a él, un grito los separó de inmediato, alejándose del castaño.

-¡Hyunjin!

esos hermosos ojos tuyos | versión hyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora