☄CAPÍTULO 13☄

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—Estás hermosa.

Suelta de golpe y siente que su boca se abre en una 'O', un calor sube por su cuello hasta su cara mientras se disculpa.

—Perdón, eso fue...

—Gracias—le responde ella con una risita.

—Tú también te ves encantador—susurra mientras le guiña uno de sus hermosos ojos verdes, sin duda, ese gesto tan particular de ella a él le encantaba por lo que le regaló una de sus sonrisas.

—Oye, ¿hablaste con mi madre?—pregunta cambiando el tema.

Ella suspira.

—Lo primero que quize hacer fue eso, pero está muy extraña—sus cejas se arrugaron—Me dijo que después hablaríamos y que disfrutara la fiesta ¿Sabes dónde está ahora?—pregunta al darse cuenta de su ausencia.

—No lo sé—exclama él pasándose su mano por la cabeza.

Y para sorpresa de ambos, la música se hizo presente y en medio del jardín estaba Alicia bailando con una sonrisa inmensa en su rostro, de seguro traía unas copas de más pero no estaba totalmente ebria. Miranda y varios de sus amigos la acompañaron mientras cantaban y bailaban a todo pulmón.

—Inesperado—susurra la ojiverde.

—Ya veo, quizás debería ir...

—Gonzalo—ella toma su mano—Déjala, aunque sea por este momento se divierte, no se lo quites por favor.

—Pero...de acuerdo, me relajaré—Fedora entrecerró los ojos—Lo prometo, es sólo que nunca la había visto así y por las circunstancias me preocupa.

—Quizás es su forma de protegerse—susurró la mujer como si estuviera hablando de sí misma—O tal vez quiere ridiculizar a Sergio—una sonrisa traviesa adornó el rostro de la rubia al observar al patriarca de la familia Carranza escondido en una esquina mientras observaba con frustración y enojo a su esposa bailando como si él no existiera.

Fedora exhaló y meneó la cabeza.—¿Sabes qué?, vamos a animar más el ambiente.

Y antes de que Gonzalo pudiera decir algo, ella se levantó, cogió sus manos y lo arrastró hasta el centro donde comenzó a mover su cuerpo mientras bailaba y cantaba la canción. Gonzalo soltó una carcajada.

—Vamos, baila.

En ese momento la mayoría de los invitados se sumaron a bailar, estaban dándolo todo en la pista. Cuando la canción se intensificó, Fedora comenzó a bailar de manera más exagerada. El joven no paraba de reírse a pesar de que él también formaba parte del baile.

Y así, canción tras canción estuvieron bailando mucho tiempo. Habían bailado él contra ella, ella contra él, tan pegados como una pareja que baila en una discoteca llena de gente pero no se pararon a pensar en ello, solo disfrutaron de las risas y lo bien que la estaban pasando.

Habían bailado y cantado todo tipo de canciones que lo único que tenían en común era lo animadas que eran, por lo que les sorprendió que comenzara a sonar una melodía suave y romántica.

Gonzalo hizo girar a Fedora y finalmente atrapó su cintura con su brazo pegándola a su cuerpo. Su mano seguía cogida con la de la mujer.

Él comenzó a moverse al ritmo de la canción, de manera pausada y relajada mientras cantaba en susurros la letra de la canción y la miraba con una sonrisa dulce en su rostro mientras que a ella se le había borrado la sonrisa de repente y no porque bailar con él de esa forma le disgustara, sino porque le acababa de robar el aire.

El oxígeno había desaparecido, solo existía la voz del joven que cantaba de manera perfecta y suave, como las olas de un mar calmado. Ella sintió que se hallaba allí mismo, bajo el agua de un mar en calma. Ahora era Gonzalo quien guiaba sus pasos como la marea movía todo aquello que se encontraba flotando a la deriva.

A través del Tiempo, porque hay amores que no caben en una vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora