☄CAPÍTULO 11/2☄

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—Pues...¡llegamos!—anunció el joven dándole una mirada rápida a la mujer, sus ojos eran tan profundos.

Estaban dentro del auto de Gonzalo frente a la casa de Fedora, él se había ofrecido a llevarla a casa luego del helado.

—Así es—respondió ella, Gonzalo le sonrió y se acercó más, ella dejó de respirar al ver el rostro del joven tan cerca del suyo. La mirada del castaño bajó a los labios de la mujer.

Gonzalo pasó una mano alrededor de la cintura de Fedora; en ese momento estaban tan cerca que podía sentir como su aliento abanicaba sus labios.

—Fedora...-su profunda voz susurró enviando un escalofrío a través de ella.

—Gonzalo—se sintió perdida en la profundidad de sus ojos.

Ella frunció el ceño al escuchar un sonido proveniente de su teléfono, Gonzalo se inclinó hacia atrás y se enderezó en su asiento.

Fedora rebuscó en su bolsa hasta que encontró el aparato del que provenía aquel sonido, se sorprendió al leer el mensaje que recién había recibido.

—¿Pasó algo?—preguntó él curioso.

—Tu mamá...me está invitando a la fiesta de aniversario de ella y Sergio de casados.

Gonzalo resopló con fastidio y desilusión.

—No puedo creer que halla accedido a festejar esa falsa.

Fedora lo observó con duda y aflicción.

—Pobre Alicia, no me quiero ni imaginar como se siente con esto porque si de algo estoy segura es que Sergio solo está armando este teatrito porque no le conviene que nadie sepa la clase de basura que es—aseguró. Gonzalo miró hacia otro lado desconsolado.—Perdóname, ya no sé ni lo que digo-se disculpó al ver la reacción del muchacho, él la observó.

—No te disculpes Fedora, tienes razón en todo lo que dijiste—aseguró—Ya solo queda estar ahí y apoyar a mi mamá.

Ella asintió.

—Eso tenlo por seguro, no pienso dejar sola a mi amiga en estos momentos tan difíciles de su vida.—asegura.

Él la ojea con lentitud.

—A veces siento que no eres real, es que eres demasiado buena, siempre estás ahí para nosotros, apoyándonos en todo...eres como un ángel.

Ella sonríe y sacude su cabeza, era la primera vez que le decían algo así.

—No te creas, eso lo dices porque no me conoces bien pero no soy nada parecido a un ángel—declara con seguridad entre risas.

—Para mi si lo eres—la mira fijamente—eres lo mejor que me ha pasado y créeme que en mucho tiempo no me han sucedido cosas buenas.

La respiración de la mujer se acelera al ver el rostro del joven tan cerca. Gonzalo toma su mejilla con una de sus manos y ella lame sus labios.

—Creo que es mejor que entre—dijo ella ignorando el hormigueo en su interior y salió del coche, él la siguió.

Una vez que llegaron a la puerta quedaron frente a frente.

—Gracias por traerme—le sonrió, Gonzalo se metió las manos en los bolsillos de su sudadera.

—Al contrario, gracias a ti por escucharme, creo que será mejor que me valla.—tras esas palabras comenzó a dirigirse de vuelta a su coche.

—¿Gonzalo?—la cálida voz de Fedora lo devolvió a la realidad.

—¿Si?—tragó, tenía un nudo en la garganta.

—Es que... Siento que hay algo más, desde que me llamaste tengo la impresión de que me quieres decir algo ¿Pasa algo?—le preguntó, la preocupación estaba plasmada en su rostro.

<<Sí, estoy loco por ti. Me encantas Fedora>>

Sacudió su cabeza ante aquellos pensamientos.

—Ay cosas que son imposibles de explicar, solo se sienten y ya—susurró dejándola sin respuesta alguna para luego seguir su camino.

A través del Tiempo, porque hay amores que no caben en una vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora