A través del Tiempo, porque hay amores que no caben en una vida

☄CAPÍTULO 17☄

—Aún no puedo creer que lograras convencerme de venir—susurró Alicia nerviosa al ver el lugar abarrotado de personas.

—Sabes que mi poder de convencimiento nunca falla—le sonrió a su amiga— Pero relájate, mujer, la vas a pasar increíble. Necesitas distraerte.

Fedora, con una mirada detallista y minuciosa, comenzó a revisar cada aspecto de la fiesta. Como la planificadora del evento, sabía que todo debía quedar a la perfección. Los arreglos florales estaban distribuidos estratégicamente por todo el salón, creando una atmósfera elegante y acogedora. El aroma de la comida exquisita se mezclaba con las risas y las conversaciones animadas de los invitados.

Alicia observaba maravillada el resultado de todo el arduo trabajo de Fedora. Aunque al principio se mostraba reticente a asistir, ahora entendía por qué su amiga había insistido tanto en que fuera. La fiesta prometía ser una experiencia inolvidable.

Mientras Fedora se aseguraba de que todo estuviera en orden se topó con su amigo Martín, el mismo que decidió que ella organizara el evento, Fedora al verlo sonrió y se dieron un abrazo inmenso.

—Fedora, estás radiante esta noche —dijo Martín con una sonrisa, mirando a su amiga.

—Siempre lo estoy —respondió Fedora con una risa—. Pero cuéntame, ¿dónde está el homenajeado de esta noche?— Preguntó curiosa mientras buscaba con la mirada al ausente invitado.

—Sabes cómo es él. Siempre haciendo una entrada dramática, en eso siguen siendo iguales ustedes dos—dijo Martín con complicidad.

Fedora soltó una carcajada.

—¿Iguales nosotros?, ay por favor. Ese gusano insípido y aburrido no se parece en nada a mi—Martín hizo un gesto con la mandíbula tratando de advertirle a su amiga que volteara pero fue en vano—sabes que yo...

—Ese gusano insípido y aburrido fue tu esposo y déjame decirte, querida, que antes no opinabas así— la voz de Orlando, el homenajeado, llegó a oidos de Fedora y esta vez si volteó —Vaya, vaya, estás más hermosa que nunca y por lo que veo sigues siendo la mejor en lo que haces, esta fiesta está impecable —dijo Orlando, intentando halagarla.

—Oh, gracias, querido. Todos me dicen eso, la verdad hasta yo misma me sorprendo de lo que puedo llegar a hacer—respondió Fedora con desdén.

Orlando suspiró, sabiendo que su ex esposa no iba a permitir que la velada transcurriera sin algún tipo de sarcasmo.

—Al parecer sigues con tu ego en la luna– dijo Orlando con una sonrisa irónica.

—Tú siempre tan gracioso, aunque es difícil verlo con todas las veces que me aburrí escuchándote repetir los mismos chistes una y otra vez —respondió Fedora con un falso tono de comprensión.

Mientras Orlando y Fedora intercambiaban miradas cargadas de sarcasmo, Martín intervino para cambiar el tema de conversación y así apaciguar la tensión en el ambiente.

—Perdona la interrupción, amigos. ¡Pero Fedora, tengo que felicitarte por el magnífico evento que has organizado! —exclamó Martín, tratando de desviar la atención de la incómoda situación— Realmente has superado todas las expectativas.

Fedora asintió con agradecimiento ante las palabras de Martín, agradecida por su intento de suavizar el ambiente.

—Gracias, Martín. Significa mucho para mí que lo reconozcas, luego de que técnicamente me hiciste correr—ambos sonrieron y por un momento Fedora observó como la mirada de Martín se desviaba hacia su amiga Alicia, su sonrisa se ensanchó—Y ahora permíteme presentarte a una mujer muy especial—dijo Fedora, llevando a Martín hacia su amiga—. Alicia, este es Martín, un viejo amigo que siempre sabe cuándo intervenir— dijo graciosamente y luego volteó hacia su amigo—Martín, esta es Alicia, mi amiga querida del alma de la que tanto te he hablado—le guiñó un ojo a su amigo.