Hoseok pasó el resto de la semana siguiente terminando los pocos deberes que empezaban a asignarle sus profesores. Después de sus productivas sesiones, a veces se encontraba sin nada que hacer, y prefería encontrar más trabajo que convertirse en un vago procrastinador.
Por no hablar de que quería tener todos los deberes hechos para evitar preocuparse por la tarea en mitad de la fiesta. Mientras anotaba los deberes futuros en su calendario y se aseguraba de estar al día con las tareas y las lecturas, su teléfono empezó a vibrar encima de la encimera de la cocina. Se dirigió hacia el teléfono al no recordar por qué había marcado con un círculo el sábado de esta semana.
Que era hoy.
Había revisado sus clases para ver si tenía alguna tarea pendiente, pero todo estaba hecho y estaba listo para la segunda semana de clases. Entonces, ¿por qué había marcado esa fecha en concreto?
Aceptó la llamada sin comprobar el identificador de llamadas y se acercó el teléfono a la oreja, con los ojos aún pegados al calendario.
— ¿Hola?
—Hola, guapo. ¿Dónde estás?
Hoseok frunció el ceño, no esperaba una llamada de Wendy ahora mismo.
¿Qué hora era?
—Estoy en mi apartamento, ¿qué pasó?
La otra mujer al teléfono suspiró, y los ojos de Hoseok se abrieron de par en par. Ahora lo recordaba. Hoy era la temida fiesta en la que había estado pensando hacía unos segundos. Corrió a su habitación y empezó a prepararse un atuendo.
—La fiesta es lo que hay, Hoseok. ¿Te olvidaste o me estás cancelando otra vez? Me prometiste ir a la cena y a la fiesta.
Hoseok soltó una risita nerviosa, puso la llamada en altavoz y tiró el teléfono encima de la cama mientras empezaba a ponerse unos pantalones negros rotos y una sencilla camiseta gris que taparía con una chamarra de cuero negra. —No, en absoluto. No estoy cancelando. Solo estaba... organizándome para la semana que viene y no me fijé en la hora.
Wendy se rio, —Eso suena como algo que usted haría, Señor Perfecto.
Gracias a Dios que se había duchado hacía unos minutos. Apagó la estufa, olvidándose de la cena que estaba a punto de preparar, y salió de su apartamento. Se dirigió hacia la escalera para bajar, y vio que Wendy le esperaba en la acera, cerca del aparcamiento. Llevaba un ligero vestido azul sin mangas con tacones negros que dejaba ver sus suaves piernas y sus delgados brazos.
Cuando por fin estuvo frente a ella, se vio inesperadamente atrapado en un apretado abrazo en el que sintió como si sus huesos estuvieran a punto de resquebrajarse por toda la presión.
Cuando ella lo soltó, estaba a punto de bromear acerca de que su fuerza casi lo mata, pero fue sorprendido con un beso impactante, que hizo que Hoseok diera un paso atrás con los ojos muy abiertos.
— ¿Desde cuándo muerdes?
Wendy se tapó la boca, con las mejillas tornándose de un rojo intenso. —Lo siento, llevaba esperando este día desde la cena que fuimos. Además, te he echado de menos. Va a ser muy divertido, te lo prometo.
Hoseok se rió intentando evitar que aquello fuera incómodo y empezó a caminar con ella hacia la fiesta. Wendy se pasó todo el rato hablando entusiasmada de los nuevos amigos que había hecho aparte de los de la noche de la cena, de cómo habían ido al cine para ver una película de terror, y de cómo sus clases eran fáciles y divertidas. Hoseok nunca se lo diría, pero envidiaba lo bien que se lo estaba pasando ella mientras él se enfadaba con una carrera que no tenía más remedio que cursar, porque las alternativas iban a ser mucho más duras para él y lo sabía. Se sentía demasiado tonto para ser médico y demasiado tímido para defender a una persona ante un tribunal. Quería ser tan despreocupado y feliz como ella, pero parecía que algunas personas no llegaban a vivir la vida que deseaban. Algunas personas parecían estar destinadas a luchar todos los días, y él odiaba la mera posibilidad de que estuviera destinado a ser una de esas almas desafortunadas.
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Blue is better than Pink
Fiksi PenggemarJung Hoseok tuvo una vida social pobre a comparación de otros niños de su edad. No se le permitía jugar con ellos, o jugar a los videojuegos. Lo único que podia hacer el chico era estudiar para mantener la posición número uno en el instituto. Cuando...