—¿El malo? —le preguntó Myriam desde la cama.
Retrocedió de espaldas hasta alcanzar la puerta abierta del baño, sin dejar de cepillarse los dientes. Ella se incorporó un poco despegando la espalda de la pila de almohadas y almohadones amontonados contra el cabezal de la cama. La mueca en su rostro demandaba una respuesta.
Procurando no escupir pasta en todas direcciones, le contestó que sí.
—¿Y estás considerándolo?
Regresó a la pileta y escupió.
—¿Hugo?
Abrió la canilla y se enjuagó la boca, luego el cepillo y se cepilló un poco más.
—¿Hugo? —lo llamó Myriam alzando la voz.
La escuchó levantarse de la cama y el piso de madera puso en evidencia de que se le acercaba.
Se enjuagó la boca una vez más, el cepillo y lo dejó en su sito. Cerró la canilla.
—¿Hugo? —insistió ella viéndolo a través del espejo del baño. Ella iba con el cabello suelto y revuelto, en una de sus camisetas, habían tenido sexo hacía un rato nada más pero él ya se había duchado y estaba listo para meterse en la cama si bien apenas si pasaban de las diez. No era que hubiese estado mal pero tenía otras cosas en mente, para ser más exacto su cabeza se dividía en sus planes para el día siguiente y la reunión que había tenido con Luka. Sobre la mesa ante él habían aparecido cuatro proyectos de directores que lo querían, los cuatro proyectos eran propuestas increíbles con directores a los que les sobraba nombre y trayectoria. Uno de los directores era el mismo que dirigió la película que acaba de terminar, él lo quería para que fuese el villano, un sujeto de moral gris que era el héroe de un libro ganador del Pulitzer dos años atrás. El protagonista del que miles de lectores se habían enamorado, según palabras de Luka, provocando una controversia que sonó alto alrededor de todo el globo.
Todavía no podía creer que lo quisiesen para ese personaje y para los otros tres. Los roles no se enfocaban a su imagen y si a la profundidad de los personajes. Por lo visto, después de todo no lo había hecho tan mal en el último rodaje. Cuando se anunció la filmación de la película, muchos en el medio se ocuparon de decir que él no sería capaz de darle cuerpo a su personaje. En cuanto comenzaron a salir a la vista las primeras imágenes, los comentarios comenzaron a tomar un rumbo diferente. Había preferido no hacer demasiado caso a ninguna de las dos campanas. Después de la reunión del mediodía no le quedaba más remedio que escuchar porque allí estaban los proyectos, esperando por él, porque de hecho las cuatro productoras lo querían y Luka le aseguró que haría lo posible para lograr que lo esperaran para al menos dos de los tres proyectos que quedaban además del que implicaba convertirse en villano por primera vez.
—Según Luka, la gente ama ese libro. Todavía está en los primeros puestos de los más vendidos del Times. Dice que la gente se muere por saber quien interpretará al protagonista —le dijo a través del espejo.
Ella se quedó viéndolo.
—No quiero quedar encasillado en el rol del chico bueno por siempre. Necesito hacer algo diferente, esta es una oportunidad.
—Es con Moss. Me dijiste que estabas convencido de que Moss te odiaba. Pasaste todo el rodaje estresado por como te trató.
—Ya lo ves, me equivocaba. Por lo visto no me odia porque me quiere para su siguiente película. Es un presupuesto bestial, amor. Y la publicidad... Bueno, no tengo que explicarte que esto será grande. Me dijo que ya me propusieron al escritor y que dio el visto bueno.
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La vida en el cuarto piso.
General FictionEn cuanto Hugo se mudó al quinto piso, quedó convencido de que su vida al fin se encaminaba por la vía correcto, viendo su carrera de actor dar el paso definitivo hacia ser visto como alguien capaz de interpretar roles serios y con significado; y su...