Sentimientos encontrados

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Un beso, un simple e inocente beso hizo que mi mente se prendiera fuego, como si accidentalmente una chispa cayera en un charco de pintura inflamable y la pintura se arruinará.

Eso pasó exactamente cuando ella me...beso, ella era la chispa, ella era el charco de pintura, el beso la chispa, y mi mente la pintura, es decir, a lo que se prendió fuego.

Ya llevaba tiempo sin dejar de pensar en eso, debía de superarlo y seguir adelante.

Pero mierda, ella lo hacía imposible.

No sabía que hacer, lo que restaba del día que sucedió el beso no deje de pensar en aquello por todo el día. Y al día siguiente también... y al siguiente del siguiente....

Rayos, creo que no superare esto jamas, me estoy volviendo loco y no tengo cigarros para calmarme, y se supone que mañana Chandler me dará la nueva cajetilla de cigarros. Ahora que lo pienso, debería tomar el dinero de mis ahorros para pagarle.

Hoy tenía que ir a reunirme con Clyde al parque, me daría novedades acerca de su enamoramiento, y no veía problema alguno en apoyarle en lo que me pidiera.

Era temprano en estos momentos, así que me vestí para salir y baje a buscar algo para desayunar.

Iba con ánimos, estaba emocionado por ver a mi amigo, y aparte decidí llevar una libreta con unos cuantos lápices para aprovechar y dibujar unos cuantos paisajes.

Como dije, iba con buenos ánimos, pero todo se fue al caño, pues mi familia ya había bajado y estaban desayunando.

-Lincoln, buenos días, ven a desayunar, que la comida se enfría- Dijo el padre Loud.

Carajo, ahora tendré que desayunar con las personas que menos quiero ver.
Me tuve que sentar con ellos, tomé asiento al lado de Lucy, pues con ella era quien mejor relación tenia, nada de mejores amigos por siempre, pero era de las únicas personas que no ven mi arte como inútil, aparte ella también me ha pedido dibujos y eso. De ahí es como supe que dibujar para el regalo de Haiku.

Me sente sin expresión alguna en mi rostro. No quería que les importara a donde fuera.

-Te ves muy arreglado para algo Lincoln- Habló Leni con curiosidad -¿Vas a algún lugar?-

Ay Leni, te amo y te detesto a veces.

-Ah, si, pero nada especial, me reuniré con Clyde en el parque- Dijo sin darle importancia.

-¿Y para que la libreta?- Preguntó Lana.

Dios mio, ¿acaso hoy todos despertaron con ganas de entrometerse en mi vida?

-Dibujare lo que vea, el parque es un buen lugar para eso- Dijo lo más cerrado posible.

-¿Y que dibujarás para estar a nuestra altura?- Mencionó Lola en busca de conflicto.

-Lo que sea, después de todo, la altura de una hormiga es fácil de superar- Dijo burlon hacia su hermana.

A nadie le sentó bien eso, pero no se les ocurrió nada para contraatacar.

Lincoln se apuro a terminar, y salió disparado de la casa, nadie hizo nada para detenerlo o hablarle.

El camino hacia el parque no fue nada que destacar, caminaba sólo y tranquilo, daba los buenos días a la gente y eso, algo que un buen samaritano haría según el.

Llego al lugar de encuentro y se sentó en una banca, estaba en un lugar que cualquiera podría ver desde lo lejos. Así que no se preocupo en estar atento a sus alrededores.

Estuvo dibujando un lugar cerca del lago, era un árbol grande, firme y que destacaba por su apariencia antigua. Y con una parte del lago de fondo.

Cuando pensó que el dibujo estaba listo, pasó a otra página y dibujo algo más.

Mi humeante escapatoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora