Punto de partido

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Horas después de que al albino haya pintado aquella obra en el mall. Este regresó con su familia a casa.

Cuando llegaron, apenas se detuvo el vehículo y el joven se apresuró a entrar a casa, tomo un poco de comida y se encerró en su habitación.

Seguía enfadado por todo lo que había pasado, sobre todo cuando en el camino de regreso a casa, en la van, todos hablaban de como la banda de la rockera Loud destrozó a la competencia. Para el era molesto estos momentos en donde no se hacía nada más que alabar al integrante que hizo el logro más reciente.

¿Que si era bueno celebrar los logros? Si, si lo era.

Pero en su experiencia, en la familia Loud, todo logro es presumido hasta el cansancio.

Cuando termino de comer este se cambió de ropa y leyó un libro hasta que se sintiera lo suficientemente cansado como para dormir.

Al día siguiente...

Lincoln despertó de su sueño, no tan contento como querría estarlo, pues el día de hoy todavía tendría que ayudar a su hermana con su tonto partido.

Estaba empezando a cansarse todo lo relacionado a su familia.

No los odiaba, de hecho en el fondo, sentía cierto aprecio por ellos, pero el preferiría mil veces tomar un camino separado de cualquiera de ellos.

Este se empezó a alistar para el tan esperado juego, llevo en una pequeña mochila su libreta y unos cuantos lápices. Para que al menos tenga algo con lo cual entreternese.

Nunca fue el mayor fan de los deportes, para el, las clases de educación física, y el comer bien era todo lo necesario para que el se mantenga saludable.

Este se detuvo a revisar su celular, tenía unos cuantos mensajes en su correo, "tal vez sean de la escuela", pensó el.

Ya listo, fue camino al comedor, y allí, se encontró con parte de su familia, sus padres estaban sirviendo la comida, mientras que algunas de sus hermanas esperaban ya sentadas en las sillas.

-Buenos días- Dijo el albino, dirigiéndose a todos, pero con mayor intención de saludar a sus padres.

Ambos devolvieron el saludo, y las hermanas solo hicieron un ademán con la mano, pues ya habían empezado a comer.

El desayuno transcurrió sin inconvenientes, Lincoln fue el primero en acabar, así que el se levantó a dejar su plato en el lavabo.

Todos estaban abajo, excepto la protagonista de aquel día, Lynn Loud.

-Lucy, ¿Donde esta Lynn?- Le pregunto la matriarca Loud a su hija.

-No lo se, debe seguir en su cuarto, aguardando la llegada de su destino en aquel juego- Respondió esta con su tan conocido melodrama oscuro.

-Lincoln, tu que ya acabaste, ¿Puedes ver como va?-

-Claro-

El chico subió las escaleras con tal de hacer lo pedido, esperaba que fuera rápido hacer lo que sea.

Este camino hasta detenerse frente a la habitación de si hermana, la puerta estaba entreabierta.

Así que sin decir nada, entró en el cuarto.

Allí vio a su hermana, sentada en el borde de su cama, entre sus manos tenía el bate que siempre traía consigo en los partidos, ya sean amistosos u oficiales.

Sus ojos estaban cerrados, y recitaba quien sabe que.

Una de sus múltiples mañas a la hora de tener un partido importante.

Mi humeante escapatoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora