Carencia

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Esto era...nuevo

Nunca le había pasado antes, y si lo hacía, Chandler era quien le ayudaba.

Pero el ya no fuma desde hace tiempo, y encima el pelirrojo piensa que el tampoco.

Así que así es, Lincoln esta jodido.

Cuando se encerró en aquella habitación para fumar después de aquel intenso choque de personalidades entre su querida "amiga" y sus hermanas Lincoln tuvo la mala sorpresa de que en su cajetilla de cigarros ya no había nada más por consumir.

Al principio no le dio mucha importancia, nada más que un "Rayos" salió de su boca.

Pero al irse a dormir, algo en su cerebro daba una señal que le impedia conciliar el sueño, era un sentimiento raro, como de disgusto, como disconformidad, el sentía una especie de...paranoia.

Cuando despertó, aquel sentimiento seguía siendo constante, y perduró tanto que aquella paranoia se convertía en ansiedad, ansiedad por volver a fumar aunque sea solo un cigarrillo, solo uno, solo necesitaba uno.

Pero, ¿Como se conseguían?

En una tienda cualquiera, pero recordemos que el peliblanco no ha cumplido la mayoría de edad, así que no se le permitía comprar cigarrillos.

Y los rumores empezarían a correr y esparcirse apenas mencionara el pedido de aquel producto, y lo que menos quería eran más ojos atentos a el y bocas hablando de el.

Así que si, Lincoln no tenía forma alguna de conseguir sus calmantes.

Al menos no de forma convencional.

-¿Algun plan para hoy, niñas?- Preguntó el padre de la familia mientras preparaba el desayuno.

Las hermanas respondieron vagamente, algo distraídas por las ideas que surgían en sus mentes colectivas, como una colmena.

Y no fue hasta que el peliblanco bajó por las escaleras qué las chicas entraron en sus cinco sentidos.

El chico no era tonto, es más, a veces deseaba serlo, así no sería consciente que toda la mierda por la que sus hermanas lo han hecho pasar todavía no habría acabado.

Se sentó en la mesa, esta vez cerca de sus padres, buscando alejarse lo mayor posible de sus hermanas.

Pero apenas se postró en la silla su madre se dio cuenta de algo extraño en él.

-Dios mio Lincoln, ¿No has dormido en toda la noche?- Preguntó la mujer con preocupación.

El chico, claramente extrañado, dijo:

-¿Que?¿Porque?-

-Tienes unas ojeras enormes-

-Bueno...se me hizo difícil dormirme, me tarde unas horas-

-Ay hijo, pudiste pedirnos algún remedio- Le dijo su padre que igual se mostraba atento al chico.

Pero unas risas hicieron que los tres miraran hacia las menores.

-¿Que es tan gracioso, chicas?- Cuestionó el señor Loud con clara sospecha.

-Nada- Contestó Lola. -Solo teníamos la teoría del porque Lincoln se durmió tan tarde-

-¿Y sería?- Las palabras fueron dichas casi como un escupitajo por Lincoln.

-Pensábamos que no dormirías después de que tu y Judith la hayan pasado bien-
Dijo Luan con malicia.

Un temblor espasmódico se hizo presente en la ceja del chico.

-¡H-Hey!- Exclamó la menor de las hermanas al ver las reacciones de su hermano. -Como que se nos hace tarde, ¿No lo creen?-

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⏰ Última actualización: 9 hours ago ⏰

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