Rencor guardado

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Silencio...

El "sonido" del silencio era lo único que había en el ambiente encontrado en la van familiar al emprender el camino de regreso a casa.

Lincoln no veía a nadie a su alrededor, ni siquiera las vistas por la ventana se atrevía a mirar, sus ojos solo estaban apuntando hacia sus manos entrelazadas, apoyadas en su regazo.

Apenas y recupero el aliento se alejo de su compañera y se metió al vehículo sin decir ni una palabra, todo ante la mirada de sus hermanas, quienes no podían creer lo sucedido.

De divino milagro, Lori quien conducía, decidió hacerle caso al chico cuando este le dijo que guardara silencio y conduciera lejos del lugar.

Contaba los dedos de sus manos, buscando alguna especie de calma en aquella simple actividad.

"1,2,3,4..."

Paro de contar cuando decidió mirar a su lado, y pudo ver a su hermana Lisa viéndole con suma sorpresa, como si su desarrollado cerebro haya sucumbido contra el impacto causado al ver aquel suceso.

La inquietud domino de nueva manera al peliblanco, lo que hizo que volviera a ver sus manos, sembrando otra vez la duda que ya tenía.

"¿Cuantos dedos tenía?"

No quería usar su celular, pues pensaba que una de sus hermanas se asomaria a ver si hablaba con alguien....especial.

Llegaron a su hogar y todos los hermanos bajaron, caminando cerca uno del otro.

Al entrar vieron a sus padres en la cocina, todavía cocinando lo que sería su comida de la tarde.

Ambos progenitores saludaron con alegría, pero notaron cierta tensión e inquietud en sus hijos, pero no quisieron decir nada, pues querían dejarlo para la comida.

Lincoln se apuro para llegar a su cuarto, toda para alejarse de aquellas personas con las que no quería tratar.

Vio su celular, buscando alguna noticia por parte de quien fuera, con tal de distraerse un rato aunque sea.

Una vez le llamaron, el chico fue hacia el comedor, tomándose su tiempo para tardar lo más posible en llegar, tratando de postergar el evento que sin importar que, iba a suceder.

Entro al comedor y sin decir ni una palabra, se sentó cerca de su padre, alejado de sus demás hermanas, pero solo teniendo como separación entre elloa a su hermana Lily.

La comida era algo que recién había ideado el padre de la familia, usando a sus hijos como catadores para ver los puntos fuertes y débiles de su creación.

La familia empezó a comer, pero solo eran los progenitores de esta quienes hacían conversación, puesto que sus hijos solo se compartían miradas conflictuadas.

Ambos mayores se vieron, indicandose el uno al otro lo que tenían que hacer.

-¿Algo que gusten compartir?- Habló con cautela el señor Lynn.

Todos sus descendientes le vieron, con los ojos abiertos y llenos de inquietud.

Las chicas se veían las unas a las otras, buscando alguna forma de organizar sus ideas antes de compartir el evento más reciente en su idea.

La menor de la familia, Lily, pudo preveer hacia donde se dirigía esta comida y se retiro del lugar rápidamente con la excusa de ir al baño, con tal de evitar ser participe de una nueva discusión entre sus seres queridos.

-Lincoln tiene novia, mamá- Dijo de forma repentina Lynn.

Los dos mayores se vieron, incrédulos ante tal revelación, mientras que Lincoln solo luchó por no estrellar el mismo su frente contra las mesa.

Mi humeante escapatoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora