Familia querida

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Los sábados en la casa Loud eran siempre extraños, al ser un fin de semana, muchas de los hijos del matrimonio Loud salían con sus amigos o conocidos, y aquello era un problema en cuanto a horarios significaban, pues unas cuantas chicas tenían ciertos eventos en dichos días.

Por el otro lado, existian días en los fines de semana donde nadie salía, por alguna razón (tal vez porque algunos plabetas se alineaban) la familia entera se quedaba dentro de casa, disfrutando de lo que tenían a su disposición en dicho hogar.

Convenientemente, hoy era un día de aquellos, vemos a Lincoln despertar en su cama, quedándose lo más quieto posible para no perder la sensación de calma que tenía.

Despertó con hambre, así que fue hacia la cocina, en donde podría comer lo que sea que pudiera encontrar allí.

Al llegar pudo ver a su familia sentados alrededor del comedor, con la comida en sus platos a medio comer.

-Lincoln, ya despertaste- Dijo el señor Loud en forma de saludo.

-¿Porque están aquí tan temprano?- Preguntó confundido.

-¿Temprano dices? Pero si ya casi son las 10- Mencionó su madre.

El chico casi dice algo, pero decidió cerrar los ojos por la repentina noticia.

-¿Q-Que?-

-Jeje, será mejor que te sientes a comer bro, así volverán tus neuronas y todo aquello- Bromeó Luna.

Sin negarse, el chico se sentó en la mesa, se sirvió algo de la comida del desayuno y comió lo suficiente como para saciar su hambre.

-Y bien chicas, ¿Qué pueden decirme de los últimos días?- Preguntó la mayor de las hermanas con tal de sacar un tema del cual conversar.

-Nada más que lo mismo de siempre, mañana recibiré otro trofeo de un nuevo concurso, esta vez no se si decir que hubo competencia siquiera- Habló con orgullo Lola.

-Estoy viendo que más animales traer a casa- Mencionó Lana, a lo que varios la miraron con preocupación, esperando que lo que haya dicho no se cumpla.

-Pero si eso es el pan de cada día queridas hermanas- Habló la comediante mientras masticaba un pan con mantequilla. -¿Porque no dicen algo más interesante?-

-¡OH! Tal vez yo tenga algo bueno- Habló Leni.

Algunos suspiraron, esperando una noticia más que irrelevante.

-¿Y que es aquello que alegra tu alma?- Dijo Lucy con su característico vocabulario.

-Ayer me llegó un mensaje a mi correo en la computadora, adivinen que decía-

Al ver que nadie dijo nada, la chica continuó.

-Era un mensaje de una universidad, diciéndome que me ofrecían una bedka para estudiar allí, decían que les interesaba mis habilidades en el diseño y creación de vestuario-

Decir que hubo un silencio sepulcral era poco, parecía que la familia entera se había congelado en medio del espacio-tiempo, pero el silencio fue interrumpido cuando el tenedor de la madre de los Loud chocó contra el suelo.

-¿Una....beca?- Habló Lincoln, no tenía en su mente algo más que decir.

-No Lincoln, dijieron que era una bedka-

-Obvtuviste una beca....¡Pero si esto hay que celebrarlo! ¡Niños, hoy no harán ningún plan, todos iremos a mi restaurante en la tarde, pues haremos una cena en honor a Leni!-

Decir que el señor Loud estaba eufórico era poco, estaba a punto de saltar de ña emoción. Y era algo entendible, pues una de sus hijas estaba logrando un camino que sería bueno para su futuro.

Mi humeante escapatoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora