Acercamiento

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Cuando Judith Brown empezó a ser amiga de Lincoln "El don nadie" Loud, ella sabía muy bien en lo que se metía, especialmente cuando descubrió el apellido de este último.

El primer acercamiento que ella tuvo con su familia fue cuando su padre y ella fueron a colaborar con el señor Loud en el restaurante de este último.

Allí conocieron al pacífico hombre que era el patriarca de la familia, a la amable mujer que era Rita Loud y al único varón de la familia.

Pensaban que eran de las personas más normales del pueblo, exceptuando la blancura del cabello del menor.

Pero luego llegaron las hijas al lugar y...la cosa cambió un poco.

Si bien el comportamiento invasivo de estas no fue tan agresivo contra su padre, esto no impidió que ellos se llevarán una imagen no grata de estas.

Y allí pudo haber quedado la historia entre ambas familias.

Pero gracias al único varón de los Loud y la hija única de los Brown, las cosas no quedaron estancadas en el ayer. Pues el se acerco a la chica para disculparse por cualquier inconveniente hacia ella y su familia.

Y hasta ahora todo ha ido bien entre ambos, aunque claro, eso sí no prestamos atención a los más de 10 ojos nuevos que ahora ven a la chica en la escuela.

¡¡¡Ring!!!¡¡¡Ring!!!

–Hasta luego clase– Anunció la maestra del aula.

La castaña salió del salón y se dirigió a su casillero para cambiar sus libros por otros que usaría después.

Cuando termino, cerró la puerta de su casillero, solo para que detrás de esta se encontrara a una niña vestida de ropas oscuras.

–¡Lucy!– Dijo mientras daba un salto. –¡¿Que hacías aquí?!–

–Quería verla a usted– Dijo la gótica sin emoción alguna.

"¿Usted?" Fue lo único que pensó.

–¿Para que?–

–Pensé necesario conocer a la dama de mi hermano de sangre–

–O-ok, ¿Sabes donde esta?–

–No...–

El silencio se hizo presente y ninguna se aventuró a romperlo. Judith volteó hacia otro lado para no encontrarse la mirada penetrante de su "cuñada".

–Gracias por la charla, hasta luego–

Miró de vuelta para despedirse, pero no encontró a la menor por ningún lado, pues de forma silenciosa ya se había ido.

Las interrogantes crecieron dentro la mente de la muchacha, pero aquello fue interrumpido por dos personas.

–Hoooola Cookie–

Esta vez fueron dos problemas en uno.

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Por otro lado, el albino estaba en la azotea del edificio, con un cigarro en la mano mientras pensaba en como salir del problema que había nacido gracia al entrometiniento de sus hermanas.

Porque claramente nada podía ser fácil en su vida.

Reviso su teléfono y se sorprendió al ver un mensaje de su querida "amiga" cocinera.

Apagó la llama del cigarrillo y lo lanzó para ocultar cualquier prueba en su contra.

Cuando se dispuso a ver dicho mensaje, descubrió que era lo que ella quería decir.

Mi humeante escapatoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora