El Paciente Del Piso 4 [Yeongyu]

Capítulo 1.

Un nuevo día, un nuevo despertar, como siempre, en esas cuatro paredes blancas y opacas, sin una ventana para tan siquiera admirar las áreas verdes del lugar.

Solo eran el y Daniel, eran la compañía del otro, aunque no siempre estaban de acuerdo... Exactamente, no recordaba el día en que este se hizo presente en su vida, la mayoría de sus recuerdos antes de quedar ahí prisionero, habían desaparecido, ni siquiera recuerda el día en que oficialmente lo habían diagnosticado con trastorno de identidad disociativo y psicopatía... Eso fue hace 4 años ya...

Su infancia es incluso un misterio para el mismo, en terapias, hacia su mejor esfuerzo pero era ya un caso perdido.
El deseaba salir de ahí, Yeonjun, estaba harto, y Daniel, con sed de venganza.

La influencia de su otra personalidad era mucha, Choi de por si era una persona muy peculiar, y cuando Daniel toma el control, solo agudiza lo que Yeonjun desea perpetuar.
Se removió en aquella cama pequeña, peinando un poco sus cabellos... Cuando un dolor punzante hizo que soltara un suspiro...

Como odiaba sentir dolor, eso solo lo hacía sentir muy débil o fuera de alerta, si, eso pensaba. Cada tres meses sin falta debía inyectarse, de lo contrario, no soportaría el dolor. Saliendo de sus pensamientos, la gran puerta metalizada se abre. Hoy era uno de esos días.

Pero, ¿Quién era el? No era ninguno de los enfermeros que lo había atendido antes. Y eso que solo unos cuantos se atrevían a acercarse a el.
Choi Beomgyu era el nuevo enfermero en el hospital, finalmente pudo conseguir trabajo en un psiquiátrico y eso le ¿emocionaba?

- Hola, buen día, vengo para pasarle su coctel.– a simple vista se notaba que el chico estaba nervioso.

"Vaya vaya, pero que radiante se ve este jovencito"— pensó.

– demasiado radiante que duele –

- Como sea...— Choi se mostró indiferente, da igual, solo es un enfermero más.

Aquel joven no dijo nada, solo empezó con el procedimiento. Cuando estaba a punto de decir algo, fue interrumpido por Yeonjun.

- No hace falta que me digas que respire profundo, ¿tienes idea de cuántas veces me han puesto esta jodida aguja?— soltó fastidiado.

- Lo lamento...— se veía algo intimidado— pero es muy terapéutico— le regaló una pequeña sonrisa, metió la aguja del scalp en su vena, preparando todo lo demás— ¿Duele, pica?

- No...— cerró sus ojos, ya quería que se fuera, no era el más interesado en comunicarse con las personas y mucho menos el personal del hospital. Claro que, a excepción de su psiquiatra.

- Bien, vendré cada...

- Diez malditos minutos, ¿acaso siempre deben explicar el maldito protocolo?— ni el más paciente.