FLORA: El legado

Capítulo 13: Honestidad

La sabiduría popular dice que "El lugar para guardar un secreto es en otro ser humano"

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- Como decía, ella tenía muchos secretos. También tenía el extraño don de ver el pasado de las plantas por así decirlo, como tú. Pero eso le trajo algunos problemas, se juntó con gente que no debía.
- ¿Gente que no debía?

Me miró molesto.

- No, no sé qué gente es esa, a mi me lo contó tal cual te lo digo. Lo que sí sé es que tenía que protegerte a ti de algo parecido. A veces tenía sueños, según ella, sobre el futuro, me dijo que no siempre sucedía como ella lo veía pero algo similar sí que solía pasar. En uno de ellos te vió muerta, estabas llena de sangre y sobre tí caía una moneda de oro con una planta acuñada. ¿Te acuerdas de la hoja que dejaste donde la pasiflora? - suspiró y bebió agua cuando yo le afirmé con la cabeza - se me pasó llevarme esa única y estúpida hoja, si no fuera por eso no tendría que estar contándote todo esto. Me dijo que la flor de la moneda y la de los campos ensangrentados era la del Silfio, la semilla en forma de corazón. También me contó que nunca tocaras esa semilla o todo el desastre empezaría. Por eso me llevé los libros aquí, tenía que esconderlos. Sé que he estado bastante distante al irte a la ciudad, intentaba pensar qué hacer, no sabía cómo impedirlo y..

Lo que él no sabía era que yo ya había tocado esa planta, además era demasiada información ¿Yo muerta? ¿No podía evitarlo? Pero aun así necesitaba saber más.

- ¿Y..?
- Bueno.. Colmillo
- ¿No estabas pendiente de él porque te preocupaba más llevarte unos libros chungos de la abuela a tu nueva casa?

No contestó.

- Mi misión era protegerte..
- Hay algo que no me estás contando - le miraba desafiante.
- Es que.. lo de Colmillo.. solo quería dejarlo dormido un poco para que volvieras, no pensaba que..
- ¡Lo envenenaste tú! ¡A tu propio Lobo! ¡Esto si que es una sorpresa! Y ahora cual es el siguiente paso de tirano ¿¡envenenar al resto de mi familia para que me quede recluida aquí intentando salvarlos de a saber qué mientras plantó patatas en el huerto?!
- No.. No quería perderte.. yo solo..
- No se si puedo seguir hablando contigo, ya no me creo nada de lo que digas.

Candente por lo que estaba procesando fui a la puerta y la abrí para salir huyendo pero Leo fue más rápido y la cerró de inmediato antes de que un lobo saltara hacia dentro.

- Puedes pensar de mí lo que quieras pero te he dicho la verdad ¿Crees que no estoy intentando arreglar el desastre que he montado? - Señaló la cantidad de papeles que había en medio de todas partes. La he cagado y muchísimo pero no me cansaré de repetirte que mi misión es protegerte y lo haré como pueda. Ésta vez he empezado muy mal y me duele en el alma. Pensé en ser yo quien tocara esas plantas o se hiciera un té con ellas pero así no habría servido de nada, yo tan solo hice lo que ponía en uno de esos libros. No creía que a Colmillo le fuera a afectar de ese modo.

Estaba saboreando esa amarga verdad y no me gustaba nada.

- De verdad que tienes la ética metida en el mismísimo culo. Le has dejado en estado crítico. ¿Te parece normal?
- ¡No, claro que no! ¡Solo olisqueó una planta! Es como si el solito hubiera decidido ir allí.
- Y tú no hiciste mucho por apartarlo. Pues si sobrevive vas a tener que recompensarle bien, o mejor aun ya no será tu lobo nunca mas..
- Si con eso estas bien..

Sabía que lo decía en serio, desde que Colmillo y Leo estaban juntos tenían un gran vínculo, eran compañeros de viaje por eso me resultaba tan confuso que pudiera haberle hecho eso. Una parte de mi quería confiar en Leo pero la otra aun tenía sus dudas.

- Pero no entiendo, es que.. ¿Tu misión era protegerme? ¿de qué porras hablas? ¿ No habría sido más fácil contármelo y ya? - mientra hablaba iba haciendo un circuito alrededor de la mesa.
- ¡Si vamos! La mejor idea de todas.. decírtelo para que lo hagas directa.
- Bueno en eso tienes razón.. ¿y en lo de tu misión?
- Bueno, claro.. Es lo suyo.. No tengo mucha gente cercana y desde que me hice amigo tuyo eres.. - se sonrojo un poco - eres mi única familia.

Recordé las historias que me contó del orfanato y cómo consiguió escapar de allí. Vagó durante bastante tiempo en el bosque y de no ser por los conocimientos que adquirió en el orfanato igual no habría conseguido sobrevivir. Como si lo de que se les escapase un niño al bosque fuera lo más común del mundo que ya hasta les daban clases de supervivencia. Recordé cuando le ví por primera vez, él ya formaba parte de la aldea viviendo en una de las casas abandonadas y para amenizar un poco su vida hacia trabajos de fuerza para los que lo necesitaban. En uno de ellos se hizo un corte bien profundo y su jefe le llevó directamente a la abuela. Parecía distinto a los demás niños, algo más serio e incluso mayor para su edad, me sentí atraída por esa actitud tan reservada hasta que entramos en confianza. Era uno de los pacientes más habituales de la consulta. En esa época me confesó que mintió muchas veces para que le dejaran trabajar pero conmigo siempre fue sincero en todo. Por eso se me hacía muy difícil creer lo que hizo con Colmillo. Por otro lado estaba confesando la verdad, tarde pero lo estaba haciendo. Me encontraba tan metida en mis divagaciones que cuando al volver en sí y tener delante la misma hoja que vi en la cabaña de la abuela me estremecí.

Algo tenía claro, me costaría perdonarle pero tenía que creerle.

- Bueno y... ¿Qué secretos escondía la abuela? Tienes más papeles.. ¿Algo?
- Tengo algunos libros que me dijo que me llevara lejos, realmente me pidió que los quemara pero como tenía curiosidad empecé a leer y no entendí nada así que los escondí.
- ¿Y están aquí?
- Si...
Ya estás tardando.

Me rozó al pasar a mi lado para alcanzar una balda que estaba encima mía, un libro con la tapa verde oscuro satinado cayó encima de mi cabeza. Mientras me masajeaba el punto del golpe observé la página por la que se abrió.

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