epifanía

Camila Fernández ya no era la niña torpe e ingenua de catorce años. Pero, aún así, su esencia seguía siendo la misma. Con sus veintiuno bien puestos, estaba estudiando la carrera de sus sueños, tenía su propio departamento, un trabajo que la ayudaba a estar medianamente estable económicamente y, sobre todas las cosas, había recuperado su estabilidad emocional, por ende, la herida que él dejó en ella; había sanado.

O eso creía.

Por otra parte, Julián Álvarez, a tan solo veintidós años, ya era un reconocido futbolista profesional. Siempre hay un "pero" y en éste caso es que, a diferencia de la mencionada anteriormente, él sí había cambiado. Y en todos los sentidos. Dejó de ser el niño tímido de quince años para convertirse en el hombre carismático que es hoy en día. Sin embargo, el cambio drástico en su personalidad, no fue exactamente para bien.

Too young, too dumb
To know things like love.

¿Qué hubiera pasado si...? y las mil formas de autodestruirse. Más aún cuando aquella pregunta le corresponde a alguien en específico.

Todos tuvimos un amor que, sin importar cómo se dieron las cosas, siempre tendremos una marca de él en nosotros por el simple hecho de habernos hecho sentir diferentes. No obstante, tuvo su tiempo y, de una u otra forma, su fin.

Pero, ¿realmente estamos seguros de cuándo hay un fin?

“La ironía de reencontrarse alguna vez”.