Eran las tres de la mañana con exactitud y aún no podía dormir. Joaquín estaba abrazado a mí durmiendo plácidamente mientras que, por mi parte, no podía pegar un ojo.
Salí de la cama despacio, con tal de no despertarlo y me dirigí a la bolsa del regalo que me dió Julián, tomé la carta y me dirigí al baño para después encerrarme en él.
Me senté en la tapa del inodoro y la abrí.
"Son exactamente las doce de la noche, hace no más de una hora que te fuiste a dormir y por alguna razón me puse a escuchar rock nacional. Me gusta escucharlo solo en momentos especiales, y siento que hoy es uno. No porque sea una fecha importante, sino por cómo me hacés sentir. Siento que hasta podrías tratarme de exagerado pero, éstos últimos días fueron lo mejor que me pasó en mucho tiempo y me parece hermosa la forma en la que el amor que te tengo trasciende en el tiempo, en las cosas e incluso en la música. Siento que tengo 16 años devuelta y estoy tratando de buscar una canción que describa cómo me hacés sentir, solo para obsesionarme un par de días con ella e incluso mostrartela sólo para ver si también te gusta. Me encantaría poder dedicartela, hacer un montón de cosas que hoy no puedo, solo con la intención de transmitirte o hacerte sentir lo que vos a mí, quizá así entenderías por qué te escribo ésto. Estás en la otra habitación y no te das una idea la voluntad inhumana que estoy haciendo para no ir a dormir con vos, sólo para que me digas que te dé la mano y pasemos la noche juntos. Y no hablo de nada sexoso, sólo de lo mucho que me gusta sentir tu tacto y saber que todavía me necesitás para dormir bien. Si te digo algo, no importa hace cuánto nos conocemos, me sigo sintiendo como el primer día que te conocí; con esa emoción y entusiasmo que me nace inevitablemente al verte, con ese mismo amor inocente de los nueve años. Y lo irónico es que nos perdimos muchísimo tiempo, pero la única razón por la que te volví a buscar y estoy acá hoy es por la forma en la que se me explota el corazón de amor cada vez que me miras, por nuestra forma de ser cuando estamos juntos y fundamentalmente por lo que sos vos. Me prometí no volver a soltarte porque, duele mucho más extrañarte todos los días a verte con alguien que no sea yo, sin importar cuánto amor me cueste presenciarlo. Y probablemente no exista muestra de amor más grande que esa. Te amo con todo lo que sos, con tus rayes, con tus chistes malos, tus equivocaciones, tu dulzura, tu cara de orto cada vez que te hago enojar y te amo aún más en los días que sos la persona más fría del mundo cuando te das cuenta que no estamos haciendo las cosas bien, aunque eso me duela. Desde que me contaste que le dijiste a Joaquín que tomarías distancia de mí, debo admitir que se me rompió un poco el corazón pero, qué alivio que no lo hayas hecho. No paro de escuchar tu voz diciéndome que no me querés perder, sólo me hace pensar en que no importa lo que pase, siempre vamos a ser sólo vos y yo.
No falta mucho para que me vaya, sabés cómo estoy respecto a eso desde que lo hablamos en año nuevo y, sentir que se repite la historia sólo causa que te necesite cada vez más. Sin darte cuenta, generalmente, hacés eso, que las cosas no me pesen tanto. Sé que te fallé y que todavía no confiás en mí pero, tengo toda la vida para demostrarte que no va a volver a pasar. Lo prometo."
A éste punto, no podía contener las lágrimas. Resbalaban por mi rostro sin permiso alguno, había comenzado a temblar y no sabía cómo controlarme.Odiaba que haga ésto, odiaba que tenga ese poder en mí, odiaba cada cosa que pasó desde que volvió. Odiaba el caos que conllevaba estar cerca de él, lo que me provocaba, odiaba que hasta me haga replantear mi relación actual con tan sólo unos días juntos. Pero lo que odiaba aún más, era amarlo tanto que me diera el impulso de querer renunciar a cualquier cosa que no sea él.
— ¿Cami? — tocaron la puerta.
No respondí, no pude hacerlo.
Abrió la puerta y, al verme, quedó perplejo. Su rostro delató el asombro, se acercó colocandose de cunclillas frente a mí.
— ¿Qué pasa? — preguntó en un tono de voz dulce, sacando un mechón de mi cara.
La situación se repetía.
Negué con mi cabeza y suspiró.
— ¿Es por la facu? — replicó y asentí.
Una mentira más a la lista pero, no me daba la cara para decirle que era por Julián, mucho menos que se repita la situación donde él me consolaba mientras yo lloraba por el susodicho.
— Es por todo, estoy tan cansada — respondí, y él me abrazó con más fuerza.
— Sé que no fueron buenos días, con el duelo, la presión de la facultad y demás pero, vas a ver que todo pasa. Vas a estar bien, te voy a ayudar en lo que necesites — habló con su tono de voz dulce y tranquilo, generando que me sienta peor y el llanto no cese.
Acarició mi cabello hasta que después de un rato pude calmarme.
— ¿Querés ir a la cama? — preguntó y asentí.
Me cargó en sus brazos como aquél día, me dejó en la cama y luego me tapó. Se acostó junto a mí y con un brazo me atrajo a su cuerpo, abrazándome.
Lo quería tanto pero, jamás sería él.
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epifanía
Fanfiction"La ironía de reencontrarse alguna vez" ||| Historia completamente mía. Está prohibida su copia y/o adaptación. Vocabulario argentino.