En Casa Santa

¿Qué es amor?

¿Cómo podía explicar lo que sentía ahora? Era un sentimiento floreciendo en mí, de nuevo aquel elevador regresaba a mi pecho pero era ligeramente diferente, más agradable, más ligero.Pero con su calidez también me mataba, me sudaban las manos, mi corazón se aceleraba y mi cara se sentía ardiendo cada vez que tenía a noceda frente a mí, era lindo y frustrante.

Aquel encuentro sexual nos volvio unidos al punto de tener conversaciones todos los días sin falta, y mi nueva enfermedad desconocida atacaba mi ser cuándo luz estaba cerca y llenaba mi pecho de deseó, de un deseó prolijo a cada una de las sensaciones que me provoca el sacerdote

Y aunque me quemará la lengua el admitirlo podría decir que me estaba volviendo adicta a aquella sensación— entonces ¿no estarás? —pregunté entre besos dulces que compartía con la morena

Luz tardó en responder y suspiró al separarse—sólo serán tres días—asentí tomando su nuca para guiarla de vuelta a mi boca seguimos así un rato más luz se separó con una sonrisa —no me extrañes demasiado mientras estoy lejos ¿sí? —

Reí—qué bueno que lo dijiste no planeaba extrañarte —un pequeño "uuh" salió de su garganta con una fingida cara de dolor, el silencio se apoderó al separarnos por completo, vi a luz fruncir su ceño para después dirigirse a mí

—oye blight—miré a sus ojos, repletos de inocencia, repletos de querer repletos de burles y mentira repletos de deseos oprimidos, repletos de mi imagen —¿esto significa que sí te gustó? —

Cole una risita antes de hablar—sigue participando San flanders—
al contrario de cualquier respuesta negativa su rostro se relajo y esbozo su sonrisa de medio lado, aquella en la que por mi desgracia me perdía, aquella que mi sentimientos inundaba de querer y una parte de mí temía con afán tenerla para siempre

Antes de permitirme pensar aún más, la hora marcada me indicaba el deber de irme—nos vemos luego San Flanders, espero te vaya estuperejillo en tu viajé-—

Luz rio—que original eres—saqué mi lengua a su persona antes de dirigirme a la salida—espera amity —se acercó tomó mi barbilla y suavemente depósito un beso en mis labios, uno dolorosamente corto— yo si te extrañaré —

De nuevo mi enfermedad atacaba, sentía mis mejillas enloquecer en calor, a mi vista le era imposible hacerse propia a su mirada mis manos sudaban y era difícil mantener una palabra coherente

Le temia a esa sensación—por supuesto que lo harás—y siempre era la burla más frágil y sin emoción que jugaba con mi propia sensatez, luchando por seguir mi línea usual luchando contra la corriente.

Y sin notarlo, me quedaba absorda en un instante, no fue hasta que su risa me sacó de aquel trance—debe ir a clase señorita—asentí y después tropezar con mis palabras salí de ahí.

Temia a aquel sentimiento, era cálido era tranquilo, era algo más allá de deseo, pero algo de mi se sentía intranquilo 'era question de tiempo' me repetía, una parte de mi, mi parte llena de razón gritaba aquello, sabía que aquella calma escondía tempestad, escondía el temor de mi alma, mi razón gritaba que me destruiría si no huía si no pensaba, y que poco a poco me consumiria en tranquilidad, sin prepararme para lo que después atacaria ese sentimiento hostil.

Pero otra que desconocía por completo, estaba inundada de dopamina por el simple hecho de sentir, ¿quien era ese que gritaba en mi ínterior? Ni yo puedo responder aquello, soñaba con sentir algo más que alivio, soñaba ahogarse en felicidad, después de tanto aquel sentimiento podía añorar un visitante a su dolor, y temia saber cuanta fue mi necesidad y la de aquel sentimiento de aquella visita de amor, de moverse más allá de la razón, de amar expandiéndose desde el corazón pero incluso eso la daba preguntas a mi razón, y a este ser hermoso que mi ansiedad temia