sanctus cadit in peccatum

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Pequeño Warning, esté capítulo contiene smut.














Amity actuaba raro, fue uno de los días más extraños desde que llegó a mi vida, ella no hablo mucho, no intento verme, ahora está durmiendo a mi lado mientras yo estoy en un trance una riña conmigo misma, un mal libro, que caminaba a una dirección que aún como escritora desconocía.

Me estaba volviendo adicta a aquella nicotina, ya ni siquiera sabía porque, si por mis pensamientos que viajan a el maravilloso cuerpo de la mujer inerte a mi lado, o los dolorosos recuerdos que invadían mi mente. Esto llenaba todo vacío en mi, no era muy consciente de todos los vacíos que tenía.

Ni siquiera me molestaba tener que fumar para dejar de pensarlo, para soltarlo con el humo que viajaba en el viento, pero eso no sucedía ahora. Ahora solo estaba yo en una habitación oscura, sin más suministros de aquello que me estaba llenando el alma.

Me estaba llenando de un sentimiento que he tenido por años, que ignoraba con tal facilidad que cada vez se tornaba más doloroso, necesitaba aspirar para calmarlo

De pronto unos brazos comenzaron a rodearme—¿Por que estás despierta?—dijo el somnoliento y hermoso demonio a mi lado—si no te duermes yo tampoco puedo.—

—lo siento, solo descansa.—me agarro más fuerte, uno de mis primeros pensamientos fue alejarme, pero ahora no tenía donde escapar, así que solo la acerque a mí

Amity escondió su rostro en mi cuello—¿Alguna vez te has sentido en un bucle?—

La pregunta en si era extraña, aún así me atreví a contestarla—si, ¿Por qué?—

—te cuesta hablar conmigo, siento que avanzamos, pero por una u otra razón siempre terminas más lejos siento que solo avanzo yo, tu te quedas atrás.—su tacto se hizo más fuerte—¿Me quieres Luz?—

Asentí. Era consciente de eso, pero no sabía que Amity podría notarlo—te quiero ams—le confirmé

—entonces ¿Por que no quieres estar conmigo?—

Negué sacando a Amity de mi cuello mirando sus ojos brillantes en la oscuridad —me encanta estar contigo—

Confesé, aún así el rostro de Amity entristeció—no de ese modo Luz, me encanta estar contigo también,me encantaría estar contigo de muchas maneras más. Pero a ti no te gustaría estar conmigo—aquellos desmanes me pasaban factura

—no, ami, no se trata de ti.—

Ella se paró de golpe, encendió la luz, me miró con detenimiento y sin rastro de expresión, con una mirada fría que podría ser hasta seductora, sin quitarme aquel contacto se deshizo de su camisa, quedando tan solo en su sostén, abrió ligeramente la boca y se acercó a mí

Me besó, aquel beso iba de forma desafiante, su piel tenía ligeros contactos conmigo,me erizaba la piel al sentirlo, era demasiado —no, ami...—me paré de la cama alejándome de aquella perfecta escena

Antes de alejarme de la habitación Amity habló—¿ves como si soy yo el problema?—

No dije una palabra, y corrí a mi despacho, era cobarde, huía de mis problemas o de paso los tapaba con vicios que llenaban mis pulmones de liberación,era gula y sentido de culpa, era frustración sometida por mi misma

Tal vez Amity tenía razón,solo la estancó, solo ella avanza.

No, no podia permitirme alejar a la mujer que amaba por miedo ¿Verdad?

Tome el teléfono y marqué, en una o dos timbradas la voz de mi amigo se hizo presente—¿Qué?—era hunter, medio dormido por cierto.

—hunter, hola soy Luz-su voz se recompuso—Gus ¿está despierto? Quiero, no. Necesito un consejo.—

En Casa SantaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora