Ohm es un vampiro de 200 años, no pertenece a ningún clan, y es un vampiro solitario, el cual su vida se verá afectada al conocer a un cazador de cambiaformas.
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Su mirada era fuerte, pero no tan dura, me observó con sigilo y bajó su arma lentamente —¿qué haces aquí? — me interrogó, no sabía que responder así que únicamente dije la verdad —algo está mal conmigo —, Korapat relajo su expresión —¿qué pasa?, yo te veo bastante bien—, —Me sorprende que otra vez te dejes atrapar— dijo su amigo a lo lejos aproximándose hasta nosotros, —No quería que me vieran, solo... —, —fisgoneabas— me interrumpió Perth mirándome con sus gigantescos ojos que parecían desnudar mi mente. Relamí mi labio inferior intentando calmar mi ansiedad de explicarme, me sentí un ladrón atrapado mientras hurtaba algo, —Pero cuéntanos, ¿qué te hace venir aquí? — interrogó nuevamente Perth llamándome para que tomara asiento en una de las mesas debajo de lo árboles, lo seguí, Korapat custodiaba mi retaguardia, —admito que me descubrieron, pero realmente solo quería saber como estaba Nanon— dije mientras Perth regresaba a ver a Korapat, —Como podrás ver, él esta bien aquí, estoy tratando de persuadirlo para que se una a la liga de cazadores coreanos—, apenas lo escuché regresé a verlo para saber su sentir, pero Korapat había agachado la mirada perdiéndose en el verde pasto del jardín, todo el mundo guardo silencio y fueron eternos, sino fuese por Perth nos hubiéramos quedado en silencio —Nanon tiene algo que decirte, ¿verdad? —dijo él haciendo que Korapat se sorprendiera.
Perth se levantó de la silla, —los dejo para que tengan privacidad de hablar, si me necesitan estaré dentro de mi despacho —, observé a Perth caminar lentamente hacia su casa, Korapat caminó hacia la silla que había dejado vacía previamente su amigo, se sentó y recargó los brazos sobre la mesa, mirándome, fijamente —realmente creí que no volveríamos a vernos— fue lo primero que dijo, resoplé, porque no esperaba esa respuesta, no al menos viniendo de él, es como si el deseará ya no verme. Me levanté de la silla sintiéndome ofendido, —Si eso es lo que quieres, entonces debo irme y tratar de no aparecer frente a ti —, mencioné y enseguida Korapat se levantó de su asiento y me impidió el paso, — No dije que deseará que te fueras— le vi apretar su labio inferior antes de proseguir, —Me alegro que vinieras a mí, tenía pensando buscarte de todas formas, siéntate por favor — dijo suavemente guiándome con su mano, hice lo que me pidió porque por segunda vez en esa misma conversación estaba tratando de cumplir sus deseos.
—¿porqué querías buscarme? —, rompí el silencio, Korapat jugueteo con sus manos y me dieron unas ganas inmensas de tocárselas para que dejará de estar tan nervioso, pero no lo hice, —Sé porque estas aquí— dijo y yo alcé una ceja sonriendo de par en par por esa respuesta, —¿en serio?, dímela, porque yo no lo sé —, el asintió con la cabeza —a pesar de que el pacto de sangre culminó tienes algo que te hace permanecer cerca de mi, ¿cierto?— yo asentí con la cabeza ante su interrogante, —Es porque te he alimentado con mi sangre, inconscientemente tu cuerpo y tu mente están tratando de sobrevivir —, su respuesta la analicé, tenía lógica pero no era exactamente la manera en la que me sentía, —es cierto, pienso en ti, pero no estoy seguro que sea por la sangre, pensé que era por el pacto que no me dejaba continuar — , Korapat escuchó cada palabra que dije sin parpadear, después desvió la mirada apenado, —Ohm, realmente te dejé libre, eres libre, totalmente libre— me dijo él con suavidad, como si intentará decirse a si mismo que el pacto había terminado. —¿entonces es tu sangre la que me hace seguir regresando a ti?— indagué analizando la posibilidad que había en esas palabras.
—Debo hablarte con la verdad, esa fue una de las cláusulas de nuestro contrato, yo te necesito y tú necesitas venir hacía mí, me dijo que regresarías a buscarme porque sin mi sangre no podrás probar otra y eventualmente morirás, si de ser cierto esto, debo retirarte lentamente mi sangre, aún nos necesitamos, así que permanezcamos juntos hasta que ambos estemos bien—, acaricié su dedo meñique una vez que terminó de hablar —¿y porque te daba pena decirme eso?— le interrogué, Korapat tragó saliva, mirándome, —es que... es decir, falta que te cuente otra teoría — al mirarle tan nervioso y tenso a la vez entendí un poco a que iba su teoría, —¿tiene que ver por la razón que me siento atraído sexualmente por ti?— le dije de sopetón, su rostro se puso de todos los colores, cambiando de un color a otro, —¿Tu...te sientes atraído por mí?— movió su mano libre señalándose y después señalándome, —Sí ¿tú no por mí?—para ese momento mi tonalidad de voz era suave y delicada, Korapat intentó retirar su mano de la mía pero lo jalé más para que no intentará irse otra vez, estaba seguro que Korapat estaba combatiéndose mentalmente, pero su actuar, sus ojos, su expresión corporal me decían que la respuesta era sí. —todo es a causa del pacto y mi sangre, no hay razón para alterarnos—, eché mi espalda hacia atrás recargándola en la silla, pero sin dejar de observar a mi acompañante, acaricié sus dedos, me encantaban la textura y su longitud —Perth piensa que, si tenemos sexo, quizás entonces podamos ser libres el uno del otro—, cuando escuché esas palabras sentí mis orejas calientes, no me esperaba esa declaración. Me controlé, deseaba gritar de felicidad, quería tirarme encima de Korapat, hacerlo mío, no por lo que significaría tener sexo, sino porque quería tener sexo con él.
