No me gustan los trabajos en equipo

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El viernes me desperté sobre los apuntes del examen. Como de costumbre salí de mi habitación con un sobre de café instantáneo y me lo preparé durante el camino.
Al entrar a clase, vi a Andrómeda sentada al lado de mi lugar.

-Ese sitio ya está ocupado -Dije sentándome-.

-Lo sé, hablé con tu compañero y me cambió el lugar por unas grajeas -Sonrió mirándome -.

Me levanté para cambiarme de lugar y apresó mi brazo con rapidez.

-Siéntate. Me vas a ayudar, será un trabajo en equipo. -Sonrió y la profesora entró a la clase obligándome así a sentarme-.

Su mirada atravesaba mi cuerpo escaneandome mientras la profesora repartía el examen a los alumnos.

Empecé a escribir las respuestas de las preguntas que había conseguido memorizar la noche anterior y ella miraba todo sobre mi hombro y lo escribía. Yo rezaba por qué al menos cambiase un poco el orden de las palabras.

-Deja de mirar. -susurré-.

-No, gracias. -Dijo aún escribiendo-.

En mitad del examen me desesperé y me levanté para entregarlo sin haberlo terminado al completo.
Volví y la vi seguir escribiendo y respondiendo las preguntas que no respondí.

-Eso yo no he puesto.

-Pero yo sí -Dijo escribiendo rápido-. Estudié antes de salir -Sonrió-. Tal vez ahora dejes de insinuar cosas sin saber de lo que hablas. -Se levantó para entregar el examen- Suerte Tom.

Entre los dos: Cartas de amor a Andrómeda Donde viven las historias. Descúbrelo ahora