Gay Panic

Axel

—Henry, literalmente nos lo ha dicho él mismo hace como veinte minutos— le dije.

Él apretó la mandíbula, bastante irritado, y se levantó para desaparecer por el pasillo a paso rápido.

—¿Qué le pasa a este ahora?— preguntó Jake, antes de darle un sorbo a su bebida.

—Déjale, se cabrea como un niño de cinco años cuando no le salen las cosas como quiere— me encogí de hombros.

—Ya se le pasará— añadió Derek.

Yo asentí, dándole la razón, y Jake y Iago parecían haber dejado a un lado el tema.

Sin embargo, Vincent dejó su trozo de pizza en el plato y se levantó.

—Voy a hablar con él.

Y sin darnos tiempo a objetar nada, se perdió por el pasillo.

Los demás seguimos comiendo en silencio hasta que Iago sacó el tema de la paternidad de Derek.

—Bueeeeeeno. Cuéntanos. ¿Desde cuando Abby está embarazada?

—Pues, creo que se quedó a principios de septiembre— empezó a contar. —Decidió hacerse una prueba, ya que llevaba dos semanas de retraso... y salió positiva.

—Ala. ¿Cómo reaccionaste cuando te lo contó?

—Al principio me cagué encima, pero después de mucho pensarlo, decidimos que queríamos tenerlo— sonrió un poco.

—Joder. Os admiro un montón, Derek... Yo en vuestro lugar no me atrevería a ser padre a los dieciséis— comentó Jake.

—Yo tampoco— dije. —Me daría muchísimo miedo. Encima seguramente mis padres me matarían.

De repente Derek empezó a ponerse blanco como un papel.

—Ostia... Pues nuestros padres aún no saben que van a ser abuelos— murmuró. —¿Y como haremos para ir a clase y cuidar al niño al mismo tiempo? ¿Qué pasa si Abby se pone de parto en el instituto? Ay, Dios mío...

—Hey, tranquilo... Solo estábamos viéndolo con nuestro punto de vista. Seguro que todo sale bien y encontráis una solución— intenté tranquilizarle.

—¿Pero y si no?— se puso de pie y empezó a caminar por todo el salón.

Los demás nos miramos sin saber que hacer.

—Derek... Cálmate. Ya verás como...— comenzó a decir Iago, pero se calló cuando vio que éste no le hacía ni puto caso.

—Hola, panda de mataos. Volvimos— Vincent apareció junto a Henry por el pasillo, y se pararon en seco con una ceja alzada cuando vieron a Derek murmurando cosas y andando por toda la habitación.

—¿Qué le pasa a este?— susurró Shelton.

—¡Voy a tener un hijo!— exclamó bastante alterado.

Los recién llegados se miraron entre sí, extrañados.

—Eh, creo que nos hemos enterado— dijo Henry, pero no obtuvo respuesta.

—Joder, ¿cómo se me ocurre dejar embarazada a mi novia con dieciséis años? Tendré que buscar un trabajo para mantenerlos y...

—Derek.

—¿Y qué van a pensar mis padres? ¿Y los de Abby?

—¡Derek!

—¿¡Qué!?— miró a Vincent.

—Tienes que calmarte, ¿vale?— le dijo Henry.

—No puedo... Seguro que soy un padre horrible... ¡Seguro que Abby me deja por un tío responsable, y con el dinero suficiente para mantenerla a ella y al bebé!— se pasó una mano por el pelo, frustrado.