Había pasado un mes desde aquella vez que Charlie casi nos pilla teniendo conversaciones muy cristianas en el sofá de mi casa. Y no, no lo habíamos hecho todavía. De vez en cuando habían encontronazos como el de ese día, pero no llegaban a mucho más. Tampoco éramos novios oficialmente, aunque nos tratábamos como si lo fuéramos.Respecto a nuestros amigos, las cosas si que habían cambiado un poco.
Abby le contó a sus padres lo de su embarazo, y ellos la echaron de casa. Fue muy duro para ella, pero todos le brindamos todo nuestro apoyo y ya lo tiene algo superado. Ahora vive con Derek y sus padres, quienes sí les apoyan.
Laia y Vincent seguían como siempre. Henry está ya harto de oírme decir que son muy monos, pero es que lo son.
Y bueno, el resto era igual. Todos seguían chillando como niños de tres años cuando le colocaba el flequillo a Shelton, o cuando él me rodeaba los hombros con un brazo y me daba un beso en la mejilla. Yo me moría de la vergüenza mientras que él simplemente se ponía rojo y empezaba a gritarles insultos. Nos complementábamos supongo.
Una mañana cualquiera, nos encontrábamos en clase de tutoría. La profesora decía cosas sin sentido que a nadie parecían interesarle cuando de repente llamaron a la puerta.
—Ay, será el niño nuevo. ¡Adelante!— dijo la tutora.
Fruncí el ceño y miré a Henry, quien estaba a mi lado. ¿Cómo que niño nuevo?
El director entró a la clase, acompañado de un chico con el pelo castaño y ojos negros que tenía cara de aburrimiento.
—Buenas. Éste es el alumno que se va a incorporar a la clase— dijo.
Intercambió un par de palabras con la tutora y luego se fue.
—Bienvenido al instituto. ¿Te apetece presentarte?
El chico se encogió de hombros y se puso de pie al lado de la pizarra, enfrente de todos.
—Pues... me llamo Luke.
—Perfecto. Puedes sentarte allí, detrás de Henry y Axel— le indicó la profesora al ver que no iba a decir nada más.
El chico asintió y se acercó a la mesa que estaba detrás nuestra.
—Hola— nos dijo mientras se sentaba.
—Hola— respondimos al unísono.
No hablamos más porque la tutora nos mandó callar.
En el cambio de clase nos giramos a hablar con él.
—Bueno, ¿y que te trae por aquí?— le preguntó Shelton.
—Pueees... Me expulsaron de mi anterior colegio por romper todas las ventanas de un pasillo con un extintor— contestó tan normal, sonriente. —Y aquí estoy.
No sé por qué pero desde ese momento me dio muy buena vibra.
Antes de que nosotros pudiéramos contestar, Luna, Celia y Lizzy llegaron a nuestra clase abriendo la puerta de golpe, como siempre hacían. Se acercaron a Laia y a Abby y se pusieron a chismosear.
—¿Y esas tías?— Luke alzó una ceja.
—Son amigas nuestras, cuidadín— le advirtió Henry. —La rubia se llama Abby, y la que está a su lado es Laia. Supongo que habrás visto que van a nuestra clase.
El nuevo asintió.
—La del pelo rizado se llama Celia, la de morado es Luna y la más bajita de todas es Lizzy— continué yo.

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Gay Panic
Storie d'amoreAxel y Henry son mejores amigos. ¿Qué pasará cuando se den cuenta de que sienten cosas el uno por el otro? ¿Tendrán el valor suficiente para amar?