—¡¿Habéis invitado a mis hermanos?!— se sobresaltó Luke viendo la lista de invitados.
—¡¿Qué coño pintan esos en el baby shower?!—¡LUKE, PARA YA DE GRITAR POR DIOS!— chilló Luna, batiendo masa a toda pastilla.
—¡PARAR LOS DOS DE GRITAR, QUE ME DESCONCENTRO!— les espetó Vincent, repartiendo la masa en moldes de cupcake.
—¡A ver, pedazo de neandertales, no sé si sabéis que tengo vecinos, ¿eh?! ¡Y que normalmente están durmiendo a estas horas!— Lizzy se asomó a la cocina, cargada de adornos de fiesta.
Y por si os lo estáis preguntando, eran casi las tres de la mañana. Y sí, estábamos pegando esas voces. Menos mal que estábamos solos.
Todos suspiraron con pesar, intentando calmarse. Creo que no lo consiguieron.
—Me sigue pareciendo fatal que invitéis a James y a Lucas— Luke se dejó caer en la silla que estaba al lado de Laia.
—¿Por qué? Son majos— la chica se encogió de hombros.
—No. Yo los odio.
—Pues no les mires.
—¿Y si ellos me miran a mí?
—¿Por qué iban a hacerlo?
—Porque soy guapísimo y me tienen envidia.
Laia puso los ojos en blanco.
—Claro que sí, Luke. Seguro que es eso.
De repente, Henry irrumpió en la cocina. Llevaba un paquete de globos rosas en su mano derecha, mientras que en la izquierda relucía su escayola toda pintarrajeada por nosotros.
—Lizzy y Celia me han mandado a buscar a alguien que me ayude a hinchar los globos porque dicen que estoy manco y no sirvo de mucho— parpadeó, indignado.
—Yo te ayudo— Luke se levantó de la silla animado.
Shelton le miró con mala cara.
—Creo que no lo has entendido. Ese "alguien" tiene que ser Axel.
—¿Por qué?
—Porque yo quiero.
Sonreí dulcemente, pero dejé de hacerlo cuando Laia me regaló una sonrisa pillina.
—¡Aww! Que bonitos los gays— comentó Luna, que continuaba batiendo la masa.
Vincent, a su lado, se giró a míranos mal.
—Voy a terminar tirando todo por vuestra culpa.
—A nadie le importa, Isaac— le dijo Laia secamente.
—Ugh. No me llames Isaac, sabes que odio mi nombre— se quejó el nombrado.
Bueno, Laia y Vincent llevaban peleados cosa de una semana. Aunque sinceramente, ya no tenemos tan claro si están bien o no.
—Vale, Isaac.
Él bufó.
—¿Por qué estás tan borde ahora?
—Oh. Sabes bien por qué— la chica leía la lista de invitados, seria.
—¿Qué? ¡Pero pensé que ya lo habíamos arreglado!— Vincent puso los brazos en jarras, mirando desesperado a su... ¿novia?
—¿Qué te hace pensar eso?
—¡Anoche dormí en tu casa!
—¿Y?
Los restantes nos miramos entre sí, algo tensos e incómodos.
—Eehh... Chicos...— empecé a decir.

ESTÁS LEYENDO
Gay Panic
RomanceAxel y Henry son mejores amigos. ¿Qué pasará cuando se den cuenta de que sienten cosas el uno por el otro? ¿Tendrán el valor suficiente para amar?