—Joder, no sé qué hacer— se quejó Vincent.—Es que la has cagado— Abby negó con la cabeza.
—Del uno al diez, ¿cuánto?
—Mmm... nueve.
—Me cago en la puta.
Estábamos todos en la habitación de Derek. Bueno, todos no. Se suponía que iba a ser una quedada de tíos para jugar a la play pero claro, ahora Abby vivía con él, así que siempre rondaba por ahí.
El caso es que Vincent había llegado todo preocupado porque Laia se había enfadado con él. Según lo que había contado, a ella le molestó que se hablara con corazones con una tía, y él le respondió que era una insegura y que bla bla bla. Síp, Abby tenía razón; la había cagado.
Yo me encontraba jugando al Fifa con Derek mientras Iago y Jake nos observaban, aunque admito que de vez en cuando miraba la hora bufando. Todo porque Axel no había llegado aún. Y Luke tampoco, pero ese es un caso aparte. Debo decir que en cosa de un par de meses el chaval se había integrado muy bien con nosotros. Me caía bien.
—Nunca entenderé a las mujeres— Vincent se tiró a la cama.
—Prueba con hombres. La experiencia es mucho mejor— le dijo Iago.
—Confirmo— añadió Jake.
—Por dos— murmuré apretando los botones del mando con fuerza.
Derek nos miró con una ceja alzada y pausó el juego.
—Las mujeres no son tan complicadas— le dijo a Vincent.
—Eso lo dices porque tu novia está aquí presente.
Abby entrecerró los ojos mirando a su novio. Llevaba una camiseta corta, que dejaba ver la pequeña barriga de los tres meses de embarazo. Pronto sabrían el sexo del bebé. Y obviamente el Club de la Costura ya estaba planeando un baby shower sorpresa.
—No es por eso, anormal. Me refiero a que no es tan complicado saber que obviamente, le va a sentar mal que le digas que es una insegura cuando te reclame algo por lo que tiene todo el derecho del mundo a enfadarse.
—Buah. La paternidad te está volviendo maduro— le dije, sorprendido.
—Siempre he sido maduro— se golpeó el pecho, orgulloso.
Vincent iba a decir algo, pero justo en ese momento sonó el timbre.
—¡Voy yo!— chillé y salí corriendo de la habitación.
Y claro, con mi puta suerte de mierda, me caí por las escaleras. Rodé como una croqueta y terminé cayendo de boca. Muy hábil.
—¡Joder, Shelton! ¿Te has caído?— Abby se asomó por la barandilla.
—No, rubia. Estaba echando una siesta, no te jode— me sobé la cabeza.
—Eh, relaja tu tono— me dijo Derek, algo amenazante.
Su novia bajó las escaleras y abrió la puerta.
—¡¿What's up, bro?!— chilló Luke, chocándole la mano. Siempre hacía eso. Es un toca cojones.
Vino hacia mí e hizo lo mismo después de ayudarme a levantarme del puto suelo.
—Hola, Abbs. ¿Cómo estás?— le preguntó Axel entrando por la puerta. La verdad es que todos habíamos cogido costumbre de preguntarle eso a la rubia siempre que la veíamos.
—Pues bien, supongo. Aunque este niño empieza a pesar— se acarició la tripa.
—Que ganas tengo del baby shower.

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Gay Panic
RomanceAxel y Henry son mejores amigos. ¿Qué pasará cuando se den cuenta de que sienten cosas el uno por el otro? ¿Tendrán el valor suficiente para amar?