Los padres de Derek y Holden llegaron poco tiempo después de que Abby entrara al paritorio.Ambos parecían muy nerviosos, pero a la vez emocionados de la esperada llegada de su nieta y sobrina.
Pero lo que más me llamaba la atención era que Henry estaba demasiado nervioso. De una manera que no era normal en él.
—¿De verdad que está todo bien?— le pregunté.
Él desvió la mirada del suelo y se giró hacia mí.
—Que sí, que sí. Tú tranquilo, son solo los nervios— me aseguró.
Decidí no insistir más y la sala se volvió a sumir en absoluto silencio.
Bueno, silencio no, ya que se escuchaba la silla de Luna chirriar cuando ella movía la pierna nerviosamente.
—¿Puedes parar?— le dijo Holden, a su lado.
—No.
—Me estás molestando.
—Me la pela.
—Joder, ¿siempre es así de borde?— le susurró a Vincent.
Él asintió con la cabeza, recibiendo una mala cara de parte de la chica.
Los minutos pasaron, y nadie sabía nada acerca de nuestros amigos.
De repente, un Derek con la cara empapada de lágrimas apareció en la sala. Así que todos nos levantamos y nos lo quedamos mirando, esperando novedades.
Sin embargo, miró a Shelton y a Vincent y empezó a susurrar cosas sin sentido. Ellos corrieron hacia él y lo sujetaron, como si tuvieran miedo de que fuera a caerse al suelo.
El resto no entendíamos nada y nos mirábamos extrañados. ¿Qué estaba sucediendo?
Derek murmuraba cosas que no conseguía escuchar bien, ya que las voces de Isaac y mi novio intentando calmarle sonaban por encima. Pero aún así, pude oír algo. Algo que causó que mi estómago cayera en picado.
"La bebé no respira."
¿Qué?
No. No podía ser. Tendría que haber escuchado mal.
—¿Derek Parker?— una enfermera llegó a la sala de espera. —Su novia solicita su presencia en el paritorio.
El nombrado miró a sus amigos, aún llorando.
—No. No puedo entrar ahí— sollozó.
—Derek, por Dios. Abby te necesita. No le falles ahora— le dijo Henry.
Vincent y él intercambiaron una mirada y el primero le agarró del hombro.
—Venga, campeón. Te acompaño hasta la puerta— y ambos desaparecieron por el pasillo.
Shelton les vio marcharse, negó con la cabeza y se giró hacia nosotros, encontrándose con doce pares de ojos que le miraban exigiendo una explicación. Sobretodo los míos.
Él tragó saliva y miró al suelo, siendo incapaz de dirigir la mirada a alguno de los presentes.
No pasó desapercibido para mí el hecho de que se le habían cristalizado los ojos.Vincent volvió enseguida, con la misma cara de disgusto que Shelton.
—Bueno, ¿pensáis explicarnos qué pasa o queréis que sea una sorpresa, como los huevos Kinder?— habló Laia, ligeramente molesta.
Supongo que ella estaba como yo. Su novio también le había mentido a la cara y le había ocultado cosas sobre el estado de una de sus mejores amigas.

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Gay Panic
RomanceAxel y Henry son mejores amigos. ¿Qué pasará cuando se den cuenta de que sienten cosas el uno por el otro? ¿Tendrán el valor suficiente para amar?