Henry

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Bueno, sé que todos estabais esperando este capítulo así que iré al grano. Me tocaba mucho los cojones que Axel pasara tanto tiempo con la Mónica esa. No me gustaba. Pero ni un pelo. Había algo en ella que me olía a puta mierda. Para empezar, es amiga de Candy. ¿¡Quién cojones es amiga de Candy!? ¡Esa pava no tiene amigos! ¡Está más sola que la una!

—¡Shelton, espabila a menos que quieras correr cinco vueltas más!— me gritó el entrenador.

Bufé y empecé a trotar más rápido. El entrenamiento solo acababa de empezar y ya me quería cortar los huevos con tijeras de podar.

Era viernes, y lo último que me apetecía era estar allí corriendo. Echaba demasiado de menos como eran los viernes antes de que me cambiaran los días de entrenamiento. Resumidamente, estaba todas las tardes tirado jugando en el PC.

Pero lo peor fue cuando acabamos. Resulta que habíamos quedado todo el grupo para cenar después del fútbol. Y claro, a mi mejor amigo no se le ocurrió otra cosa mejor que aparecer con Mónica.

Dios, pasadme las tijeras de podar.

Los dos se pusieron a hablar con Iago y Jake así que aproveche que esa estúpida zorra estaba contando su aburrida vida para coger a Axel del brazo y apartarlo del grupo.

—¿Qué coño es esto? Pensé que era una quedada de sólo gente que tiene polla— fruncí el ceño.

—Henry, relájate. Simplemente habíamos quedado un par de horas antes y ha decidido acompañarme hasta aquí, pero cuando nos vayamos ella se irá a su casa.

Ah, ¿con que quedaban solos?

—¿Estáis saliendo?

—¿Qué?

—So.

Jaja. Nunca falla ese chiste.

—Vale, ahora en serio. ¿Te mola Mónica o me lo parece a mí?

—Te lo parece a ti. Pesado— y se fue otra vez con ella.

Me crucé de brazos y puse cara de niño pequeño enfurruñado. Pero, oh. Conocía a Axel, y sabía que había una cosa imprescindible en su vida: Henry Shelton, es decir, un servidor.

Me acerqué a él y le pinche la mejilla con un dedo.

—¿Estás enfadado?— hice un puchero.

Él puso todos sus esfuerzos en ignorarme. De verdad que lo hizo.

—¿Axel? Vamos, no me ignores.

Estaba tan concentrado en joder a mi amigo que no me di cuenta de que parte del Club de la Costura (Laia, Abby y Lizzy) y Derek habían llegado al campo. Estaban hablando con Isaac de quien sabe qué hasta que los noviecitos se pusieron a hablar y Lizzy, Laia y Vincent se aproximaron hacia nosotros.

—Hola, Collins— sonrió Laia. —Y Shelton.

—Hola chicas— saludó mi mejor amigo.

—Ah, ¿así que a ellas las hablas pero a mí no? Vale, vale. Muy bonito— le dije ofendido.

—Algo habrás hecho— se rio el cabrón de Isaac.

Le miré con cara de "cállate un mes, gilipollas" y él solo se rio más fuerte.

—Tú y yo tenemos muchas cosas de las que hablar— me dijo.

—¿De qué mariconería me estás hablando ahora, Vincent?

—De nada, ya hablaremos.

Miré a Axel de reojo. Él se dio cuenta, pero se hizo el loco y evitó mi mirada. Será capullo.

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