Capitulo 5

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Me encontraste...

Pasaron 3 largas horas de lectura sin descanso, una sombra estaba dormida en sus pies por el aburrimiento que tenía, solo se escuchaba las manijas de reloj moverse para marcar las 6 pm, resignada la joven se levanta de su sillón y camina lentamente a un librero cercano, todos estaban ni una partícula pequeña de polvo impecable, todos eran sobre temas serios de la tierra. Algunos de romance antiguos, otros de poesía, de terror y misterio, casos criminales, policiales...y leyendas.

Paso varios minutos eligiendo un nuevo libro para distraerse, caminaba observando detenidamente los lomos para saber los títulos, finalmente quitó Romeo y Julieta...hace años le tocó como tema en su colegio y ahora deseaba saber el verdadero destino que sufrieron esos muchachos enamorados. Al tomarlo camino lentamente de nuevo a el sillón que se encontró frente a una gran ventana que dejaba ver todo el bosque, su atardecer era precioso, el sol brillaba sobre las hojas de los árboles haciéndolos lucir como oro...pero tenía una pregunta, el invierno se acerca y porque este bosque parecía primavera.
Esas dudas le llenaban la cabeza pero debía olvidarlo, bajo la mirada del ventanal y comenzó con la lectura de aquel libro...

Paso 1 hora de lectura y la joven seguía perdiéndose en aquel mundo de fantasía, donde el amor entre dos familias que se odiaban a muerte no se podía formar, era una pequeña rosa intentando crecer en un terreno lleno de piedras y sin un poquito de tierra ,como un gran árbol de manzanas intentando crecer y dar frutos en un terreno desierto. Cuando se estaba perdiendo en sus pensamientos unas heladas manos, recogían el cabello que cubría su rostro y luego lo acomodó detrás de su cuello, se posaron sobre sus hombros y ella miró al responsable de aquellos actos.

Charlie: *deja de mirar el libro y miró al sujeto responsable de ese pequeño susto* Señor Alastor... ¿Qué hace aquí?

Alastor: *muy sonriente aleja sus manos y las esconde detrás de su espalda* te busque por toda la casa, como no hacías ruido casi me fue imposible, cuando llegue a la biblioteca te encontré tan concentrada que no se me hizo justo molestarte*se gira y camina lentamente a la puerta*la cena esta servida, señorita

Charlie: Muchas gracias pero no tengo hambre *vuelve a la lectura* puede cenar con tranquilidad mientras sigo con la lectura

Alastor: Lo lamento pero acabo de servir dos platos de una exquisita carne de ciervo con verduras al vapor que no pienso quedarme en la mesa cenando solo *algo molesto, tensa su sonrisa y abre la puerta* la espero en 5 minutos o yo me encargaré de traerla *cierra la puerta con delicadeza y sus pasos se pierden en el silencio de la casa*

Charlie: Hay...no tengo ganas de comer con un ser tan despreciable, ¿Qué modales podrán tener en la mesa? *algo molesta se levanta del sillón dejó una señal en la página que se quedó y lo dejó sobre la mesita que estaba junto a ella, caminaba lentamente a la puerta y suspirando abre la puerta para salir y cerrarla detrás de ella*

Sus pasos resonaban en los pequeños tablones de madera de esa casa, no había imágenes de nada en esa casa lo cual la aburría, seria gracioso poner algunas imágenes de cristo en las paredes y porque no un crucifijo en la habitación. Solo con pensarlo una pequeña risa se le escapó de sus labios pero un demonio que la miró algo enojado por todos esos pensamientos absurdos. Debía educarla si la deseaba a su lado...por toda la eternidad.

La cena pasó muy lenta, se escuchaban los cubiertos, pero ni una sola palabra entre las dos personas, el silencio absoluto volvía loca a la rubia, no con sus padres era esa clase de cenas...eran muy diferentes. Llenas de risas, pláticas alegres, alguna anécdota que les pasó en el día pero no parecía un velorio...nada tan vallado como esto!

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