IV. La cena

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Narrador Omnisciente

La gran sala del castillo estaba adornada con tapices colgantes que narraban las glorias pasadas de la familia, la luz titilante de las antorchas danzaba sobre la larga y robusta mesa, cubierta con exquisitos manteles finamente bordados.

A pesar de que la familia se había reunido para la cena, el ambiente estaba cargado de una tensión palpable, que fluía como una corriente subterránea sin cesar...

Los sirvientes se movían con una silenciosa eficiencia, sirviendo platos humeantes y llenando copas de vino con sumo cuidado, tratando de no perturbar la inquietud que se cernía sobre la mesa a la espera del Rey. Los murmullos suaves y las miradas furtivas entre los familiares revelaban las grietas en la fachada de unidad, dejando en claro que las tensiones que habían estado fermentando en el seno familiar durante años estaban a punto de emerger en esa cena crucial.

Alicent se hallaba sentada junto a Otto en el lado derecho del lugar donde se sentaría Viserys, mostrando una rigidez apenas disimulada mientras sus ojos, libres de cualquier expresión, se posaban en la puerta con expectación. En el extremo, erguido en su asiento, Aemond conversaba con sus hermanos Aegon y Helaena, ubicados del otro lado de la mesa, justo frente a su madre y abuelo.

En el lado opuesto, precisamente en el lado izquierdo del lugar donde se sentaría Viserys, Rhaenyra ocupaba su asiento con una expresión de preocupación en su rostro mientras sus ojos escudriñaban la puerta, anhelando la entrada de su padre. A su lado, Osmond le tomaba la mano en un gesto de apoyo, y mientras tanto, detrás de ellos, Adelya y Daemon conversaban de pie, ambos sentándose junto al hermano de la castaña.

Daemon: Relájate, estoy seguro que hasta Kalessin está tensa- intenta tranquilizar a su esposa al notar la tensión en los hombros de la castaña ante la incómoda cena familiar

Adelya: Ella no es la que tiene que estar aquí, debe estar disfrutando no estar en mi lugar...- murmura, jugueteando nerviosamente con la copa entre sus dedos

En el extremo, Rhaena se sentaba junto a Lucerys, quien tenía a su lado a Joffrey, y ubicados del otro lado de la mesa, justo frente a Adelya y Daemon, estaban Jacaerys y Baela. Finalmente, Ronin y Johan se ubicaban en el centro frente al Rey, siendo los que separaban el asiento de Aegon del de la hija mayor de Daemon.

Robin: Johan, tienes un murciélago en la cueva- señala disimuladamente su propia nariz, provocando que la menor se tape la suya con las manos ante la insinuación de su hermano sobre un posible moco a la vista

Baela: Toma- le ofrece su pañuelo a la niña a su lado, quien le agradece antes de tomarlo y utilizarlo

El murmullo de voces se detiene abruptamente cuando la puerta se abre con un crujido, y todos los ojos se vuelven hacia el Rey, quien es transportado en una silla por varios caballeros mientras los que estaban sentados se ponen de pie en señal de respeto hasta que finalmente Viserys es colocado entre Alicent y Rhaenyra.

Viserys: Me alegra verlos esta noche... juntos- dice jadeante, viendo a todos sentarse en sus lugares

Alicent: ¿Oramos antes de iniciar?- le sugiere a su esposo, quien asiente en respuesta- que La Madre sonría a esta reunión con amor, que El Herrero repare vínculos que ha roto por demasiado tiempo, y por Vaemond Velaryon, que los dioses le den descanso- al escuchar la risa nasal de Daemon, su esposa lo golpea discretamente con el pie bajo la mesa

Viserys: Esta es una ocasión para celebrar, mis nietos, Jace y Luke, se casarán con sus primas, Baela y Rhaena, para fortalecer aún más la unión entre nuestras casas- dirige su mirada a los jóvenes mencionados, quienes sonríen satisfechos con sus futuros matrimonios- un brindis por los jóvenes príncipes y sus prometidas- todos los presentes alzan sus copas

The Golden Rose | HOTDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora