VIII. Entre brezos y corazones

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Narrador Omnisciente

Mace: Espero que su estadía en Highgarden sea placentera- le dice al séquito que acompañó al Rey hasta el asentamiento de la Casa Tyrell

Osmond: Lord Harlan les manda disculpas por su ausencia en recibirlos, pero últimamente se ha estado sintiendo enfermo y prefiere no arriesgarse a contagiar a su majestad- excusa a su tío, y por su mirada, Adelya nota que simplemente debía de estar borracho en sus aposentos y sus hermanos lo cubrían para no quedar mal ante el Rey

Viserys: Su castillo es uno de los más bellos en los Siete Reinos, es un placer hasta para la vista, y no se preocupen, me alegra que ustedes nos reciban- dice con una sonrisa

El castillo se encontraba situado en una amplia colina rodeado con tres hileras de muros de piedra blanca, que aumentaban en altura y grosor a medida que se ascendía.

Mace: Hermana, ¿por qué no llevas a la Princesa Rhaenyra y a Sir Laenor a sus aposentos?- le pide

Adelya: Por supuesto...- se acerca a la peliblanca, quien sin dudarlo entrelaza su brazo con el de la castaña antes comenzar a caminar, teniendo la recientemente casada a su esposo caminando a la par suyo

Laenor: Las vistas son maravillosas- dice una vez que entran a los que serían sus aposentos en una torre, viendo con una pequeña sonrisa leguas de huertos, prados y campos de flores- por los dioses, las rosas doradas se extienden hasta donde alcanza la vista- murmura con asombro

Adelya: Espero que estos aposentos sean adecuados para ustedes- dice viendo a su amiga analizar el lugar con una pequeña sonrisa

Rhaenyra: ¿Crees que podamos adentrarnos en el famoso laberinto de brezos?- le pregunta con cierto entusiasmo

Entre los muros exterior y medio, se encontraba el famoso "laberinto de brezos" de Highgarden, un laberinto de setos bellamente mantenidos que tenía dos propósitos importantes; entretener a los habitantes del castillo y disuadir a los enemigos en caso de un ataque.

Adelya: Por supuesto, es bastante divertido para mí, recuerdo que de niña me pasaba horas perdida allí...- dice con una tierna sonrisa

El Gran Salón estaba bellamente decorado para la ocasión, flores frescas adornaban cada rincón y candelabros dorados iluminaban la habitación, creando una atmósfera mágica

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El Gran Salón estaba bellamente decorado para la ocasión, flores frescas adornaban cada rincón y candelabros dorados iluminaban la habitación, creando una atmósfera mágica. Los invitados se encontraban vestidos con sus mejores atuendos, y sus risas y conversaciones llenaban el aire.

En el centro del salón, Adelya se encontraba junto a su prometido Gerald Arryn, ambos irradiaban felicidad y complicidad, y los ojos de los presentes se iluminaban al verlos.

Sin embargo, a pesar de las sonrisas y los brindis, Adelya llevaba consigo un peso que solo compartía con su amiga Rhaenyra y su abuela Margaret. Ella sabía que el motivo de su matrimonio no era el amor, sino una cuestión de virtud comprometida, y al saber que no podría soportar la idea de ser señalada y deshonrada, la castaña había aceptado este matrimonio de conveniencia.

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