19 • Abrir los ojos

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Pensar en ir a una fiesta luego de aquello fue de Naerim. A ella le gustaba tanto bailar que las pistas de baile eran sus momentos favoritos en las discotecas. Se arregló alentando a los dos varones que la observaban con desgana y le sonreía al platinado que también desbordaba una seductora sonrisa, divertido porque las fiestas también eran lo suyo.

—Les regalaré un trago— intentaba convencerlos. Normalmente Taehyung también estaría animado pero la idea de que Jimin estaría con ellos no le agradaba en lo más mínimo.

—... Y papas — agregó Taehyung como final de su trato.

Todos se dirigieron a una de las salas más prendidas de la noche, repleto de juventud y personas llenas de vida, con ganas de pasar una buena noche y embriagarse hasta más no poder.

Naerim vestía un top blanco de seda con un escote recatado, una mini falda de cuerina negra, unos tacos cómodos pero con un toque de brillo y accesorios sutiles en su cuello, orejas y muñeca. Su cabello suelto y alisado, y un maquillaje que atenuaba sus almendrados ojos. Los chicos también lucían muy atractivos. Taehyung con un pantalón café, una camiseta blanca y una chaqueta del mismo color. Jimin con un pantalón de tela azul oscuro y una camisa blanca a la que le había doblado las mangas hasta el codo. Y Yoongi con su jeans azul, también su camiseta básica blanca y un chaleco ligero.

Naerim se afirmaba del brazo de Yoongi cuando ingresaron entre toda la gente. La música retumbaba sus oídos, sus cuerpos chocaban con otros, pero aún así, dos de ellos no dejaban de sonreír.

Se instalaron en la barra unos minutos después para quitar el pudor con algo de alcohol. Unos tequilas estarían perfectos para calentar la garganta.

—1... 2... ¡3!

Todos tomaron el shot al mismo tiempo, Jimin olvidándose de las consecuencias que tenía siempre cuando se comportaba como un humano. Pidieron otra ronda y luego unos martinis con los que se sintieron aturdidos.

—Vamos a bailar— dijo ella tomando sus manos alentándolos a seguirla a la pista.

—Vayan ustedes— dijo Yoongi quedándose sentado. Él no gustaba bailar, menos tan públicamente.

—Me quedaré con Yoongi — dijo Tae luego, y Naerim no pudo evitar hacer una mueca de disgusto. ¿De verdad había venido a la playa con gente tan aburrida? Se había estado preguntando desde que llegaron.

—¿Y tú, Jimin? ¿También te quedarás sentado?

—Por supuesto que no, señorita, sería un placer bailar con una princesa como usted— dijo extendiéndole la mano mostrándole una pícara sonrisa.

—¿De qué cuento saliste, eh? No quieras seducir a mi hermana porque...

—Shhh... — lo hizo callar Naerim, mirando luego a Jimin, sonriéndole con complicidad.

Se adentraron a la pista y comenzaron a mover sus cuerpos de inmediato, la música era buena, el ambiente motivador y ambos con muchas ganas de pasarlo bien.

Por otro lado, Yoongi había conseguido otro martini porque el alcohol nunca terminaba noqueándolo como quería. Quizás con un trago más lograría relajarse frente a lo que estaba viendo.

Taehyung llamó al bartender. —Me da otro mart...

—No le des nada, es menor de edad.

—¡Yoongi!

—Ya bebiste mucho, no abuses de la confianza que te da tu hermana.

—Ufff, ¿Estás de mal humor?

—¿Por qué tendría que estar de mal humor? Te estoy cuidando Tae. Tienes dieciséis años.

—Está bien... —al rato lo miró con curiosidad, esperando que acabara con su trago para preguntar con entusiasmo. —¿Bailamos?

Vanilla & Blood | OT7Donde viven las historias. Descúbrelo ahora