Vanilla & Blood | OT7

10 • Vainilla y ¿Jin?

—¡Dios! En serio tenías que llamarme... justo ahora.

—¿Ocupada?

—Muy ocupada. ¿Qué quieres?

—Es urgente... — hubo un suspiro, —creo que te llevaste mi cuaderno.

—Jungkook— dijo incrédula.

—¿Puedes revisar? Por favor.

—Está bien— respondió con desgano. Revisó su bolso sin cortar la llamada. —Aquí está, mañana te lo entrego, adiós.

—¡Espera! Necesito que revises si hay una receta dentro.

—¿Receta? — abanicó las hojas. Un papel blanco con una prescripción médica apareció entremedio. —Está aquí.

Suspiró de alivio. —Gracias... Y no la leas... No es nada importante...

—Bien...

—Adiós. —Bye.

"Jeon Seobyul" leyó en el encabezado. Luego unos cuatro medicamentos y la firma del médico. ¿Su madre? Pensó, devolviendo todo a su lugar.

—¿Todo bien? — se escuchó a sus espaldas. Era Jin que venía con una bata de seda blanca.

—¿Ahora eres un angelito?— él pasó su mano por su cintura y besó su mejilla, para luego seguir su camino a la despensa.

—¿Quieres un trago?... Te puedo ofrecer vino blanco o tinto— ella llegó a su lado aun con esos nombres científicos en su cabeza.

—Tinto... Jin— pidió su atención, —perdóname, no debería haber acabado así.

—Aún no ha acabado— dijo entregándole la copa, dando de inmediato un largo trago. Ella sólo dio una probada. —Si quieres, claro.

—Creo que ya... —él se apoyó sobre el mueble, a su lado,— me está dando algo de pudor...— dijo completamente sonrojada.

—Después de lo que me hiciste, no me sorprendería.

—¡Jin! — éste rio.

—Naerim— dijo luego, quitándole la copa para dejarla a un costado, tomándola de las caderas, sentándola sobre el mármol. —No puedo dejarte así— comenzó a besar su cuello maltratado, colando sus manos bajo la camiseta para poder sentir su piel.

—Ahh— gimió cuando este pasó sus dedos por su humeda intimidad.

—Y tú tampoco quieres que esto acabe, ¿cierto?— apegó su frente a ella empujando un poco su cuerpo hacia atrás, desatando su bata con su mano libre.

—Seokjin— se comió su boca por largos segundos antes de volver a hablar, —me lees la mente.

Se quitó la camiseta volviendo a dejar su torso desnudo y abrió más sus piernas para que no hubiera espacio entre ambos. Él ya con el látex cubriendo su miembro lo colocó en la dirección correcta y presionó en su entrada, despacio.

—Más... Ahh... Más rápido...

Atendió su petición sin dudarlo. La penetró con fuerza mentalizado en hacerla acabar. Sosteniendo sus piernas mientras ella se aferraba a sus hombros. Su bata terminó por deslizarse por sus brazos, lanzándola lejos cuando estorbó sus acciones.

—No... Pares... — su urgencia la hacía mover las caderas exigiendo más. Más profundidad, más de Kim Seokjin.

—AHH... Naerim-ah... AAH DIOS — su movimiento lo tenía extasiado. El sudor caía por su frente, humedecía sus gruesos y rojos labios a cada segundo. —No me sueltes...