18 • Futuro premonitorio

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El mar estaba tranquilo, la gente se bañaba y se lanzaba contra las olas. La arena estaba tibia, a pesar de que los rayos del sol calaban la piel.

—¿En serio no se irán a bañar? —preguntó Naerim mirando a los dos hombres que estaban a su izquierda. —Yoongi, anda. No lo dejes solo.

—Sabes que no me gusta el agua, Naerim-ah, no hables demás.

La chica ahora vio a Jimin. —Lo siento pero el sol no es mi amigo— respondió él, quien usaba una sudadera con la capucha cubriendo su cabeza.

—Uy~ para qué los traje si ni siquiera pueden acompañar a mi hermano— gruñó quitándose la blusa y la mini falda para alcanzar a Taehyung. —Si después me duele el útero tendrán que cuidarme ¿bien?

Jimin asintió. Y no despegó la vista de ella, como si tuviera sed y ella fuera su bebestible favorito. Yoongi lo notó, cualquiera lo hubiera notado la verdad. —¿Se te perdió algo? — dijo enterrando el codo en sus costillas.

—Los Kim...

—Qué pasa con los Kim— ya estaba indignado antes de que Jimin completara la oración.

—Naerim es como una carretera donde no me molestaría chocar en sus curvas una y otra vez... —aspiró su saliva, —y Taehyung... ¿No te apetece un trío, amigo mío?

—Qué dices, idiota— lo atrajo desde el cuello de su sudadera, enfurecido. —No te metas con ellos, ¿Me escuchaste?

—Hey, Yoongi...

—¡¿Qué?!

—Tranquilo... No te pongas celoso.

—No estoy celoso, imbécil... Si te invité no fue para que los estuvieras mirando como... —suspiró aflojando el agarre, frustrado porque sabía muy bien que cualquiera de sus dos amigos caería ante los encantos de Park Jimin. Si él cayó, cualquiera correría ese peligro. Pero no lo permitiría, los Kim eran sagrados para él, y Jimin tendría que entenderlo. —Así... Como un depredador.

—Lo soy, pero sé controlarme.

—¿Sabes controlarte? En el baño no te vi tan controlado que digamos.

—Créeme que sí lo hacía... Eso no es ni la mínima pizca de lo que de verdad me gustaría hacerte, Min Yoongi.

Yoongi no pudo evitar ponerse nervioso y sentir cómo el fuego comenzaba a incendiar su cuerpo. Se quedó en silencio sin poder volver a mirarlo, prefiriendo terminar con el tema por esta vez.

—Pero... —Jimin sin embargo tenía mucho más que decir, —eso no quita que también me quiera acostar con los Kim.

—Jimin, no...

—No lo haré, no te enojes, productor... No soy tan hijo de puta como crees... Yo te aprecio y no haré nada que pueda causarte daño.

El pelinegro volteó a verlo sin entender lo que su cuerpo sintió en ese momento. Se quedó en él, noqueado, intentando entender qué era Jimin, qué era para él.

—Eres bueno... ¿Por qué estás tan solo? — fue una de las cosas que su mente concluyó.

—Un día dirás todo lo contrario... Y si estoy solo es porque lo merezco... Nadie está solo porque quiere.

Ambos miraban el mar bajo la sombrilla que los ocultaba del sol. El ambiente era sincero, la brisa les hacia fluir sus pensamientos. De repente el purificado viento les trajo rastros de verdad que los uniría cada vez más.

—Jimin, ¿Por qué siempre hablas sobre un futuro? — ahora lo enfrentó pero Jimin siguió mirando el mar.

Este sonrió con atisbos de tristeza. —Porque en todos mis futuros siempre termino perdiendo todo y este no será distinto... Quizás alguna vez fui bueno, pero ya no, Yoongi, solo tienes que darte cuenta.

Vanilla & Blood | OT7Donde viven las historias. Descúbrelo ahora