36 • Humano

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—¿Dónde está Taehyung? ¡Taehyung! Ustedes... —Naerim caminaba entre personas durmientes, botellas, basura y ropa, buscando a su hermano. Ya eran las diez de la mañana y sus padres no tardarían en llegar. —Salgan de mi habitación... Dios... — se afirmó la cabeza al notar esa pareja desnuda bajo sus sábanas. Y no solo ahí, cada una de las existentes en esa casa se habían prestado de motel. —¡Necesito que salgan todos de la casa!— gritó desde el balcón, —¡Fuera! ¡Antes que llegue la policía!

Tardó en que todos hicieran caso. O más bien, despertar les tomó tiempo. Pero mientras que todos reaccionaban y salían, Naerim ya limpiaba, enfurecida porque su hermano no aparecía y más porque no contestaba su teléfono.

Y él escuchó un grito antes de tener el valor de hablarle. —Nae— habló a sus espaldas, siendo atendido de inmediato por su mirada fulminante.—Nae, perdóname la vida.

—¿Dónde estabas? ¿Ah? Mamá dijo que llegaría a las doce pero ya sabes como es... Ves cómo está la casa, las habitaciones... Nuestros padres nos van a matar, Taehyung... —se quedó callada cuando vio a Yoongi aparecer en su enfoque.

—Hola, Nae.

—Sí viniste... ¿Dónde te llevaste a mi hermano, ah? De seguro tú fuiste— seguía regañando.

—Oye~ Tú hermano quería algo de privacidad por eso...

—Sí ehmm... Me sentía algo mal y Yoongi se ofreció llevarme a su casa porque no iba a poder descansar con el ruido que había aquí— agregó el menor antes que el otro "metiera la pata". Que a su vez mantenía una sonrisa burlesca por jugar con sus nervios.

—¿Te sentías mal? —el menor asintió, —y ahora ¿estás mejor? ¿Comiste algo? —ahora negó con la cabeza, a lo que ella solo pudo mostrarle una desaprobadora mirada al mayor por su irresponsabilidad de no alimentar a su invitado.

—Sí comió. No mientas, Taehyungie.

—¿Qué comí, a ver? — también frunció su ceño por aquella mentira, pero después de mirar a Yoongi a los ojos, le quedó claro a lo que se refería. Y se esforzó por no sonrojarse, aunque tuvo que bajar la cabeza por lo tímido que lo hizo sentir. —Ah sí — confirmó, desviando su atención para disimular la tensión, comenzando a recoger la primera basura que vio. —Hay que limpiar— hizo reaccionar a los demás quienes se unieron con apuro. Había mucho que limpiar y el tiempo no estaba a su favor.

Una hora y quince tuvo que pasar para que sus padres llegaran. Afortunadamente venían de buen humor porque aún quedaban cosas en el suelo pero no dijeron nada. En cambio, traían el almuerzo y se alegraron mucho de que su "hijo adoptivo" también estuviera en casa.

31 de diciembre, año nuevo. Yoongi había ido a su casa para celebrar el último día del año con su familia. Los Kim cenaban, sonrientes al recordar anécdotas del año, los logros de sus hijos y lo que se venía para Taehyung y su último año escolar.
Por otro lado, Yoongi bebía con su padre mientras la atención de su madre estaba completamente puesta en el bebé de casi un año de su hijo mayor.
Todos estaban cómodos en sus casas, pero sus mentes ansiosas por todo lo que pensaban que vendría y por lo que no se imaginaban también. Y juntos los tres quizás se pudieron dar tranquilidad en ese abrazo al medio de la calle donde a punto de nevar se desearon lo mejor para el año que venía. Se miraron a los ojos, los dos muchachos llenos de ilusión pero a su vez con la preocupación por cómo dirían la verdad que a ellos tanto les costó asimilar. Y lo difícil que sería para los demás. Para Naerim.

Lo mantendrían oculto de momento. —Que no se les olvide dormir ¿Ok? —dijo Nae saliendo de la habitación de su hermano. Los dos chicos habían estado jugando videojuegos la última hora y ella ya se había cansado de hablar sola. —¿OK? —alzó la voz, amenazante.

Vanilla & Blood | OT7Donde viven las historias. Descúbrelo ahora