iii. the beach

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Pasaron un par de horas hasta que Ryu pudo recuperar la conciencia, su mundo daba vueltas y tenía jaqueca, como si hubiera tomado todas las bebidas de un bar él solo. Poco a poco tardó en abrir sus ojos acostumbrándose a la luz del lugar.

—Vaya, veo que alguien por fin despertó de su pequeña siesta —las voces le sonaban lejos a Ryu, pero sabía que era un chico el que le estaba hablando.

—Bienvenido mi querido amigo —un hombre vestido con traje de baño y lentes de sol saludó al adolescente, el cual frunció un poco el ceño —espero que te hayan tratado bien en la entrada.

—Si, seguro, fue la mejor bienvenida de mi vida —Ryu se acomodó en su asiento forcejeando con las manos atadas —el golpe ni siquiera me dolió, de hecho, fue muy eficiente, me desmaye al instante que buen servicio —el sarcasmo en sus palabras hizo que el hombre frente a él riera un poco.

—Me agradas. Te ves como un buen chico.

Ryu exploró la habitación, era un salón grande, en la pared frente a él estaban pintadas todas las cartas de un mazo, algunas estaban tachadas con cruces negras.

—Lindo mural —el chico señaló con su cabeza la pared, todos en la habitación permanecieron en silencio, a excepción de su anfitrión, el cual era el único que hablaba.

—Lo sé, ahora cuéntame ¿Cómo nos encontraste? ¿Hay alguien más contigo?

—A quienes sean que hayan enviado a buscar provisiones, no son muy discretos que digamos —Ryu empezó a mover su pierna de arriba abajo —he de imaginar que usted es el sombrerero.

El hombre con lentes de sol asintió. —Si, lo soy, estás en lo correcto —el sombrero se quedó callado unos momentos analizando su siguiente pregunta —dime, ¿cuánto tiempo llevas aquí, en este país?

Ryu dudó unos momentos en responder, mordió el interior de su mejilla. Un golpe por detrás de la cabeza lo hizo quejarse del dolor, seguía sensible en aquella zona.

—El sombrerero te hizo una pregunta, responde —un chico con piercing en la ceja y la nariz acercó su rostro al de Ryu —no seas mal educado, ¿acaso tu madre no te enseño modales?

—No metas a mi madre en tus idioteces.

El chico iba a responder de nuevo con más agresión que antes, sin embargo un hombre que estaba parado detrás del sombrerero lo detuvo.

—Niragi, déjalo.

—Gracias, Aguni —el sombrerero agradeció a su amigo, Ryu lo reconoció de inmediato, él había estado en el primer juego —veo que no quieres responderme, así que te haré una pregunta más sencilla, ¿cual es tu nombre?

El interrogatorio fue interrumpido por Chishiya, el cúal llegaba tarde, su mirada y la de Ryu hicieron una pequeña conexión, ambos se conocían.

—Soy Ryu, Ryu Kobayashi —sus ojos no se separaban de los de Chishiya, el cual tomó lugar al lado de Niragi — ¿Ya pueden soltarme?

—Por su puesto, que falta de amabilidad la mía —el sombrerero se alejó de Ryu yendo hacia un escritorio que tenía una pequeña caja encima —corta las sogas Niragi, por favor.

Niragi no tuvo de otra más que obedecer, cuando las muñecas de Ryu fueron liberadas tuvo la necesidad de ser muy sincero.

—Oiga, realmente no se quiere de mí, no sé cómo llegué aquí y no sé qué está pasando —Ryu puso sus manos a cada lado de su asiento —pero si está buscando gente para algún tipo de ejército, déjeme decirle que tengo la resistencia física de una anciana de 85 años.

—Somos una Utopía que busca solo una cosa mi querido Ryu —el sombrerero fijo su vista en una de las ventanas de la habitación —sacar a la mayor cantidad de personas de este país.

𝗻𝗼 𝘁𝗶𝗺𝗲 𝘁𝗼 𝗱𝗶𝗲, aibDonde viven las historias. Descúbrelo ahora