extra 02: our friendship

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MOMENTOS ANTES DE SALIR DEL BORDERLAND.

Fuegos artificiales reventaban con fuerza en el cielo, el sentimiento de una guerra llegando a su fin gobernaba en el corazón de muchos que por fin podían encontrar la paz que estuvieron buscando durante su larga travesía en aquel mundo de terror.

Todas las gran pantallas en borderland se encendieron, todos los jugadores se miraron entre sí al escuchar lo que se les pedía responder en voz alta.

—"Todos los jugadores que hayan sobrevivido hasta ahora, tendrán dos opciones disponibles. Respondan si desean ser ciudadanos de este país y acepten su residencia permanente o rechacen esta opción."

Muchos aceptaron dichas propuestas, incluso mucho antes de llegar a ese horrible lugar, ya sus mentes estaban preparadas para dichos horrores, además, sentían que no podrían gozar de la misma libertad si regresaban al mundo que antes conocían, un mundo sin supuesta diversión.

Ryu hace tan solo unos momentos atrás había dejado a sus espaldas a Chishiya y a Kuina, hizo la promesa de no olvidarlos, y aunque no estaba muy seguro de si podría cumplirla.

—Yo... —el menor había estado vagando por algunas calles, de sus labios brotó un suspiro antes de dar su respuesta final—yo, rechazo la residencia.

Pese al vacío que sentía en su estomago, y la sensación de culpa que cargaba sobre sus hombros, ya no tenía tiempo de arrepentirse con respecto a su decisión, dentro de poco todos volverían a casa.

A pocos metros de él, las luces de un bar se encendieron, no podía ser otra arena de juego, ya los juegos se habían acabado por suerte.

Con curiosidad se acercó a dichoso local y empujó la puerta haciendo sonar una pequeña campanita, detrás de esta se encontró con dos chicos totalmente distintos. Sin animos de interrumpir su animada conversación, Ryu tomó asiento en el primer asiento que encontró libre junto al que tenía el cabello corto y negro.

— ¡Llegaste, Ryu! —el rubio que estaba detrás de la barra le revolvió el cabello al adolescente sacándole una sonrisa inconsciente, sentía unas buenas vibras en ese lugar —pensamos que jamás vendrías.

— ¿Quiénes son ustedes? ¿Cómo saben mi nombre?

Ambos compartieron miradas, el de cabello corto y negro se llevó su vaso a los labios dándole un pequeño trago para luego dejar la pieza de vidrio devuelta a sobre la barra.

—Veo que Arisu no te habló mucho de nosotros, que mal educado, después de todo lo que hicimos. Soy Chōta —se señaló a si mismo —y él es Karube.

—Un placer —el rubio sacó un vaso extra y lo puso frente a Ryu — ¿Qué vas a querer? La casa invita.

—Dame lo mejor que tengas —respondió con una sonrisa.

—Te serviré un trago que inventamos para Arisu —Karube tomó un par de botellas —le pusimos amnesia, te hace olvidar todo al día siguiente. Lo hicimos para que se olvidara de los problemas que tenía en casa.

— ¿Olvidaré todo esto después? —preguntó el adolescente recibiendo el trago —gracias.

—Depende de que tan interesante sea la conversación —Chōta fue el siguiente en intervenir en la conversación —ahora, queremos saber, ¿por qué lo hiciste?

— ¿Hacer qué?

—Cuidar de Arisu —respondió Karube —desde el momento uno siempre estuviste ahí cuando nosotros nos fuimos, ¿por qué?

—Yo... supongo que sé lo que se siente no tener a nadie —Ryu tomó un poco del trago que le habían servido —si él moría, no iba a poder seguir luchando por sobrevivir.

𝗻𝗼 𝘁𝗶𝗺𝗲 𝘁𝗼 𝗱𝗶𝗲, aibDonde viven las historias. Descúbrelo ahora