iv. distance

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Todos iban corriendo, cuando en sus teléfonos se marcaron los primeros mil metros de distancia, Ryu sentía su garganta seca y sus piernas tensas, era un asco para los deportes y aparentemente estos juegos se iban a encargar de recordárselo siempre.

Usagi era la que mantenía el ritmo con facilidad, el número de metros seguía subiendo y Ryu solo se preguntaba una cosa, ¿donde era la meta? ¿Hasta donde tenían que correr?

—"Quedan 90 minutos"

—Cállate vocecita de mierda —Ryu fue el único en insultar al teléfono, soltar esas palabras le había costado la vida entera.

Después de los primeros cinco mil metros, el grupo bajó el ritmo de su trote. Seizan a la lejanía vio algo al lado del camino.

—Oigan, ¿que hay por allá?

"Estación de reabastecimiento" decía el cartel pegado a la mesa, Ryu descansó su peso sobre sus manos las cuales estaban apoyadas en sus rodillas, sentía que el aire no le llegaba a los pulmones, por su rostro y espalda bajaban gotas de sudor, estaba en un estado fatal.

— ¿Que me costaba morirme en el primer juego? —El comentario fue oído por Usagi, la cual le propinó un golpe en la nuca.

—No digas bobadas —la chica le regaño con la mirada mientras que los demás terminaban de acercarse a la mesa.

—Muero de sed —Seizan tomó una de las miles de botellas de agua que había en la mesa.

Arisu se sacó la chaqueta con fuerza e hizo lo mismo que Seizan, pero Usagi puso su mano en el antebrazo del chico deteniéndole de abrir la botella.

—Espera, ¿vas a beber eso?

— ¿Eh?

— ¿Es una prueba para nosotros?

— ¿Por qué crees eso? —Yamane miró a la chica con curiosidad, ella sólo sacó de su bolsito montañero una pequeña botella y se la tendió a Arisu quitándole la que tenían en la mano.

—Toma de esta.

—Muchas gracias —el chico nunca había estado tan desesperado por abrir una botella como en esos momentos. Le dio un par de tragos refrescándose.

Seizan, Yamane y Ryu veían la escena como niño al cual le quitan un dulce, el último mencionado se dejó caer al suelo cerrando los ojos para recuperar la respiración.

—Me siento vivo —Arisu tomó varias bocanadas de aire y le estiró la botella a Yamane y Seizan.

— ¿Seguro? —Arisu asintió y Seizan fue el primero en beber de la botella, luego de eso se la pasó a Yamane, al terminar su turno se dio la vuelta y se agacho a la altura del ex estudiante —hey, niño.

Ryu abrió sus ojos, estos de inmediato se fijaron en la botella, pese a que se la estaban ofreciendo y él se moría de sed, decidió negarse.

—Ustedes la necesitan más que yo, denle a Usagi y vamos a seguir —el chico se levantó del suelo quejándose del cansancio —les puedo asegurar que hay un puma o algo así en este túnel.

— ¿Por qué lo dices? —la chica guardó su botella en su bolsito montañero, él la miró por unos momentos y se encogió de hombros.

—Ir hasta una supuesta meta suena muy fácil para este mundo, ¿no lo crees?

—Ya no digas tonterías y corre —la chica fue la primera en retomar el trote, seguida de Ryu que de cierta forma comenzaba a encariñarse un poco con ella.

El viaje parecía ser eterno, después de marcar seis mil metros en distancia, se encontraron con una zona del túnel la cual no tenía luz, esto se les hizo particularmente extraño a todos los jugadores.

𝗻𝗼 𝘁𝗶𝗺𝗲 𝘁𝗼 𝗱𝗶𝗲, aibDonde viven las historias. Descúbrelo ahora