xii. game over

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Los militares se dividieron en pequeños grupos, tenían una sola misión, matar a todo aquel que se encontraran en el camino y llevarlo al fuego hasta que el juego terminara, para ellos era fácil, para los demás era aterrador.

Arisu se movía desesperado en la silla clamando por ayuda, su alrededor era confuso.

Usagi y Ryu llevaron a Asahi a una de las habitaciones lejanas al disturbio. La chica se aferraba a los brazos de Ryu siendo presa del miedo, si se quedaba lo más probable es que moriría.

—Tenemos que ir a buscar a alguien más —las palabras del azabache fueron interrumpidas por Tatta, el cual se detuvo exhausto a unos cuantos metros de ellos.

—Soy yo, no se preocupen —el chico de la gorra llegó con los otros —déjenme ayudarles a buscarlo, Arisu y Usagi me ayudaron mucho en mi primer juego.

—Bien, ayúdanos.

Disparos fueron escuchados a la lejanía, Asahi volvió a sujetar el brazo de Ryu, el cual estaba pensando en miles de planes para mantener a todos a salvo de la masacre.

—Esos tipos van en serio —comentó Tatta.

—Se acercan, ¡corran! —Usagi tomó la muñeca de Ryu para que todos empezaran a correr lo más lejos posible.

Chishiya y Kuina se escondieron en el cuarto de vigilancia, por medio de todas las pequeñas pantallas, las imágenes que eran transmitidas por las cámaras de seguridad parecían salidas de un manicomio.

—Parece que todos se volvieron locos —comentó la chica cruzándose de brazos.

—Que desagradable, de lo que son capaces para sobrevivir —el mayor ladeó su cabeza paseando sus ojos por todos los monitores —me preguntó si el niño estará bien.

—De seguro que si, es fuerte, lo he visto con mis propios ojos —la de rastas trató de sonreírle de forma tranquila —no hay forma alguna de encuentren a la bruja así.

—Tu podrías ser la bruja, digo —bromeó Chishiya.

—Igual tú —respondió la del cigarrillo mirando a su mejor amigo de arriba a abajo.

Niragi se divertía con la situación, sentado en el tejado empezó a practicar tiro libre con los residentes de la playa, en su mente, si le daba directo en la cabeza desde la larga distancia, contaba como cien puntos en un juego imaginario.

Los demás, liderados por Usagi, corrían por todo el hotel abriendo habitaciones llamando el nombre de Arisu esperando algún tipo de respuesta por parte de él.

En una de las habitaciones, Asahi encontró a uno de los militares escondido en el baño mientras susurraba cosas para sí. Tenía un arma en la mano, por lo que Usagi se asomó por la puerta con cautela.

— ¿Estás bien?

—No puedo hacerlo —su voz sonaba temblorosa, hasta un poco rota, la de cabello cortó fue hasta arrodillarse frente al hombre.

—¿Dónde está Arisu?

—En el edificio principal.

Por otro lado, Tatta, Ryu y un amigo de Tatta seguían revisando habitaciones, al terminar de cerrar una de las puertas, dos militares aparecieron frente a ellos.

—Ven acá —sus armas fueron liberadas del seguro, Ryu hizo a los demás para atrás para cuidarlos.

Ryu empujó a uno de los militares mientras que el otro atacaba por detrás, Tatta logró golpear a uno cayendo junto a él en el intento.

El chico que los acompañaba fue en ayuda de Ryu, pero esa fue su sentencia de muerte, una bala le atravesó el pecho salpicando la cara del contrario.

—Joe... —Tatta se levantó del suelo, tiró a Ryu hacia un lado para poder pasar — ¡Saiko, hija de puta!

𝗻𝗼 𝘁𝗶𝗺𝗲 𝘁𝗼 𝗱𝗶𝗲, aibDonde viven las historias. Descúbrelo ahora