𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏𝟐

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Se despidió de sus compañeros prefectos, los profesores y fue detrás de Ana, la iba llamar, pero ella subió a la oficina de Dumbledore dejándolo abajo a unos pocos metros, espero un rato hasta que escucho los gritos de la rubia, iba subir para ayuda o aunque sea saber si ella estaba bien, entonces lanzaron un hechizo.

Un hechizo que escucho que fue lanzado por Harry, pero ¿qué?, subió lo más rápido que pudo y vio a Ana en el suelo, corrió hacia ella.

─ ¡¿Qué hiciste?! ─le grito a Harry al mismo tiempo que tomo el cuerpo de Ana para que no siga en el suelo duro y frio.

─Señor Cedric, ¿Estaba escuchando nuestra conversación?

─No director, estaba esperando a Ana, quería hablar con ella.

Dumbledore y Harry se miraron entre sí y Harry asintió, Harry me empezó a explicar la opción que le habían dado Dumbledore a Barty para que solo uno de los hermanos Potter participara y obviamente Ana quería participar para que Harry no corriera ningún peligro, pero Harry quería lo mismo y Dumbledore estaba de su lado.

Dumbledore sabía que Ana era más fuerte y más hábil que Harry, pero le habían explicado que por esta vez Ana no podría hacerlo por lo que había pasado hace años, era por su salud y ahora Cedric también estaba de parte de ellos, aparte Harry quería sacrificarse por su hermana y por primera vez no ella por él. El Hufflepuff solo asintió y entendió, tampoco quería que Ana se ponga en peligro, pero no le gustó nada que le tiraran un hechizo.

─¿Podría llevarla a que duerma un rato?, se nota que no pudo pegar ojo en toda la noche. ─dijo Dumbledore y yo cargue a Ana─. Señor Diggory recuerde que más tarde vendrán a entrevistarlos para el diario el Profeta.

─Si, director. ─salí de la oficina con Ana en mis brazos.

Empezó a caminar en los pasillos que no eran muy transitados por los alumnos y   cuando se dio cuenta que no sabía la clave de Gryffindor para pasar a la sala común se resignó y la empezó a llevar a la sala común de Hufflepuff, a esta hora casi todos los miembros estaban durmiendo y uno que otro estaba en la biblioteca.

Al llegar al frente de su casa empezó a tocar la puerta para que esta se abriera, así le enseñaron el día que lo nombraron Hufflepuff, cuando la puerta se abrió, él pasó delicadamente para que Ana no se golpeara la cabeza o los pies.

Ni bien volteo cerrando la puerta se sobresaltó porque repentinamente vio a Macmillan y retrocedió haciendo que la chica se revuelva en sus brazos, un rato se inmovilizo y se quedó mirándola, como si de un dragón se tratase y que si se despertaba echaría fuego e incendiaria toda la sala común.

─¿Ahora traes a tus chicas como cenicienta?

─Cállate Ernie, por favor guárdame el secreto, se irá ni bien despierte.

─Y, ¿Por qué no la despiertas ahora? ─Cedric lo miro con sus ojos de gatito, sabía que con Macmillan siempre funcionaban─ Está bien, Esta bien, pero que me pida disculpas por haberme avergonzado ayer.

Cedric rodo los ojos y se fue rápido a su habitación, felizmente como era prefecto tenía un cuarto para él solo, no era tan grande pero tampoco era tan pequeño, puso a Ana en su cama y ella rápidamente se acomodó al lado izquierdo aun dormida. Diggory se quedó un rato viéndola, se veía tan hermosa, parecía una chica inocente y pura que no mata ni una mosca, pero en realidad ella... ella no mataría a nadie, su instinto protector no se lo permitirán, a menos que esa cosa o ese alguien ataque a su hermano.

Poco a poco Cedric sintió sus ojos cerrarse queriendo dormir, la noche anterior no pudo dormir por pensar en lo que le había pasado con Ana, según él era tan alucinante y hermoso como para que fuera real, y el no dormir le permitió saber que no estaba soñando.

𝐀𝐍𝐀 𝐏𝐎𝐓𝐓𝐄𝐑 - 𝐂𝐄𝐃𝐑𝐈𝐂 𝐃𝐈𝐆𝐆𝐎𝐑𝐘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora