Capítulo 20

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Matón en el autobús (2)

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Había cuatro personas más a bordo y, cuando se subieron, hicieron que se llenará aún más.

Haciendo aprendido de la vez anterior, ya no se atrevían a gritar, sino que maldecía en susurros, y los que no sabían que pasó, hablaban con las persona que tenían al lado.

Un olor a sangre emanaba del autobús.

Apareció una joven, con una máscara negra que sólo dejaba ver sus brillantes ojos de melocotón, una coleta alta con flequillo, una gabardina rosa, además de un pantalón de mezclilla, zapatos de cuero y las dos manos en los bolsillos.

Detrás de ella, otros tres jóvenes con rostros serios, protegiendo a la joven como si fueran sus guardaespaldas, cada uno de ellos llevando sólo una mochila, y los bolsillos de sus chaquetas abultados.

Es una pistola, ¿verdad?

Al sentir que alguien les sondeaba, sus ojos miraron bruscamente a la persona que les miraba indiscriminadamente.

Después de ser atrapado, Lu Si miraba hacia abajo, ya no a ellos, sino a sus propios muslos, le picaba un poco la cintura, pero no se atrevió a moverse.

Xu Jin le rodeó deliberadamente la cintura con los brazos para que no se cayera. Sentando completamente las nalgas de Lu Si en su regazo, en cuanto bajó la cabeza, su barbilla se recargó contra el hombro del adolescente, sintiendo el temblor del otro hombre, las comisuras de su boca, que estaban falsamente bajas, se levantaron ligeramente.

Este tipo de experiencia parece buena.

Mientras el autobús se adentraba a la ciudad, por momentos se escuchaba el rugido de lo zombies desde el exterior.

En ese instante, el conductor aumentó el acelerador y condujo el autobús lo más lejos que pudo.

"Ayúdame, ayúdame."

La persona que estaba en la carretera, vio que se acercaba un autobús, así que salió y llamó.

El conductor echó un vistazo a la persona que estaba afuera, sola, sin nada, y era un anciana, pasó de largo sin dudarlo.

"¡Roar!" – Los zombies escucharon el ruido e inmediatamente salieron del callejón.

En cuanto la fugitiva vio al grupo de zombies tras ella, todo su cuerpo enmudeció, apresurándose a alcanzar aquel único medio de transporte y haciendo señas al conductor: "¡Abre la puerta, quiero subir, conductor, ayúdeme!"

A medida que sus gritos se hacían más y más fuertes, el autobús se alejaba cada vez más de ella.

La otra mano de Xu Jin estaba apoyada en el hombre izquierdo de Lu Si.

Ni siquiera se atrevió a respirar con dificultad.

Ugh.

El conductor, con sus años de experiencia como conductor veterano, acabó por deshacerse de los vagabundos.

Fue entonces cuando el autobús anunció la parada: "Hemos llegado a la plaza Xinhu, por favor, prepárense para bajar."

CSMS: CWFPDLDXGB (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora