CSMS: CWFPDLDXGB (1)

Capítulo 95

Base Guangming (10)

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Lu Si se despertó directamente al oír esto y exclamó enseguida: "Xu Jin, no vayas demasiado lejos ah." ‐ Pero las puntas de sus orejas se enrojecían lentamente.

Maldita sea, ¿cómo es que las palabras se Xu Jin se han vuelto más empalagosas últimamente?, la palabra 'esposo', ¿cómo es posible que la diga?, e incluso que le deje llamarlo así, aunque los dos ya han tenido esa clase de relación, pero que llame esposo a un hombre, no es posible, ¡no en esta vida!

"Estoy deseando que llegue el día en que me llames así, esposa." – La última palabra la pronunció Xu Jin con una pizca de lujuria y deseo en los ojos que miraban fijamente a Lu Si.

Lu Si se apresuró a dar un paso atrás, con cara de incredulidad: "Tú... tómate tu tiempo aquí, yo iré a la cocina a comer."

Con eso, corrió apresuradamente hacia la cocina, cerrando la pequeña puerta tras de sí para evitar que Xu Jin entrara.

Con la puerta cerrada, y sin nadie visible en el interior, la expresión sonriente de Xu Jin volvió instantáneamente a la frialdad, el olor a carne salía de la taza que tenía en la mano, agarró la cuchara y se comió un bocado.

Sabe bastante bien.

Xu Jin miró la puerta, con los ojos ligeramente entrecerrados, no era bueno que le siguiera teniendo algo de miedo.

Entonces se escuchó un clic.

Lu Si asomó la cabeza por la pequeña cocina, con sus ojos oscuros mirando directamente a Xu Jin y dijo: "Xu ge, necesitas comer más para tener fuerza y hacer grandes cosas." – Tras una breve pausa, añadió: "No es bueno que te debilites."

Cuando Xu Jin le escuchó, las comisuras de su boca se dibujaron en una sonrisa mientras dejaba la taza y le hacía señas: "Ven aquí."

Lu Si: "Termina primero esa taza y después iré."

Xu Jin se levantó y caminó directamente hacia él: "Entonces iré yo mismo."

Lu Si lo vio acercarse y rápidamente cerró la puerta y la atrancó, entonces no hubo ningún sonido, después de inclinarse sobre la puerta para asegurarse de que no había sonido, suspiró aliviado.

Tomó su propia taza y comenzó a comer, murmurando en su corazón, lo que dijo era cierto, ¿por qué se enojó?

Ayer fue una buena experiencia, pero al fin y al cabo, debe pensar a largo plazo.

¡Uf!, ¿cómo podría tener una idea así?

Lu Si sacudió la cabeza, aclaró sus pensamientos y continuó comiendo las gachas, sin dejar de estar atento a cualquier traqueteo al otro lado de la puerta.

Cuando llegó al fondo de las gachas, seguía sin haber ruido.

Pensando que Xu Jin ya había salido, Lu Si lavó la taza y la guardó en el espacio, luego abrió la puerta con cuidado.

Xu Jin atrapó fácilmente al hombre entre sus brazos y lo confinó, bajando la cabeza y besando su frente: "¿Estás lleno?"

"No." – Mintió Lu Si.

"Tsk." – Por supuesto, Xu Jin no le creyó: "Ya que estás lleno, entonces me toca comer a mí, para que experimentes por ti mismo si soy débil o no."

"Ah, no, Xu ge, lo que quería decir no era... ummm..."

Antes de que Lu Si pudiera explicarlo, le amordazaron la boca.

Y le agarraron las manos con un entrelazamiento de dedos.

Era una gran mañana y se escuchaban los ruidos 'provocadores' del interior de la habitación.

En el exterior.

Un grupo de gente común se reunía en torno a una villa, algunos con piedras en las manos y otros con cuchillos.

Sus ropas y rostros estaban cubiertos de suciedad y había enjambres de moscas zumbando a su alrededor.

El hombre al mando estaba aún más sucio y gritó: "¡Queremos ver al jefe!, ¡queremos una explicación!"

Los militares que protegían la villa levantaron sus armas y apuntaron con ellas a aquello desagradecidos.

El subcapitán encargado de proteger la villa salió, olió el aroma del hombre, levantó inmediatamente su pistola, miró a esos perturbadores y dijo con severidad: "¿Qué quieren?, ¿creen que pueden ver al jefe cuando quieran?"

"¿Qué queremos? Ho, ¿no te queda claro?" – El hombre cruzó los brazos y resopló de risa.

"¡Di las tonterías que tengas que decir!"